domingo, 29 de julio de 2012

Un modelo de crecimiento

Estamos agobiados unos problemas financieros que, por su trascendencia nos impide mirar fuera del bosque y, mientras, la economía sigue en recesión y el paro subiendo. Alguna vez deberíamos pensar en eso que denominamos el cambio de modelo de crecimiento. Para unos, que se postulan como keynesianos, esto es aumentar el Gasto Público no importa en qué, ni tampoco en la forma en la que va a financiarse. Para otros, en este caso quienes nos gobiernan, el cambio de modelo productivo consiste en flexibilizar los mercados, principalmente el laboral, legislar para reducir las trabas burocráticas e intentar abordar algunos de los problemas sectoriales del país, como el energético. Creo que ni unos ni otros van a sacarnos de dónde estamos con estos enfoques. En mi opinión, lo que necesitamos es una nueva estrategia productiva que plantee una visión de cómo queremos ser, como país, en el futuro. Hablar de la economía del conocimiento, el I+D, "ser competitivos", incidir en la educación, etc....., es demasiado vago y en el fondo es echar balones fuera en un partido que perdemos por goleada. Tampoco tenemos recursos financieros para hacer una política estructural de gran dimensión, ni tiempo para abordar todos los problemas a la vez. Por tanto debemos diseñar una estrategia precisa, posible y sencilla, que marque un camino para que todos aquellos que quieran sumarse a ella, sepan por dónde vamos a ir y también para que aquellos que siguen presionando para que nada cambie, sepan que ellos mismos tiene que cambiar. ¿Cómo hacerlo? Creo que hay que marcar una serie de líneas de actuación a modo de grandes directrices estratégicas para poner en ellas los recursos de los que dispongamos, las ayudas europeas que podamos movilizar y los incentivos fiscales y económicos que estén en nuestra mano. Pueden ser muchas o pocas, pero voy a proponer las que me parecen adecuadas y posibles: 1.- Coche eléctrico y energías renovables. No tenemos petróleo, ni gas, y nuestras importaciones son cuantiosas en energía, tenemos mucho sol y viento, ciudades contaminadas y un medio rural y agrícola en declive. Una primera apuesta debería ser un mix entre la implantación en 10 años del coche eléctrico o híbrido con biocombustible y seguir apoyando las energías renovables para aprovechar las economías dinámicas, derivadas de nuestra experiencia en estas tecnologías, que hemos conseguido en estos años. Esta línea lanzaría, con los biocombustibles y las plantas térmicas y fotovoltaícas, una nueva actividad agrícola y de servicios en el mundo rural, crearía una infraestructuras de ingeniería eléctrica e industrial en ciudades, hogares y garajes públicos y privados, que podría absorber empleo antes relacionado con el sector de la construcción, disminuiría nuestra dependencia energética y es una apuesta de futuro, porque el mundo va por ahí y debemos ser líderes en este camino y, de hecho, muchas de nuestras empresas ya lo son y debemos potenciar su I+D en estas tecnologías. Es una línea que tendrá muchas críticas y detractores que, por lo general, están defendiendo intereses muy particulares con argumentos de sobrecostes, en los que se manipulan los datos de cada análisis pero, desde hace varios años, es muy evidente que es una acción de futuro. Esta sería la primera línea. En 10 años los coches de gasolina se gravarían con unos impuestos muy elevados y estaríamos, además, disipando las incertidumbre sobre el sector del automóvil que, como es sabido, es muy importante en la economía española. 2.- Mejora de la competitividad de las empresas españolas con dos acciones de apoyo, el fomento de la exportación y la implantación de los sistemas de información como factor de creación de valor y mejora de la eficiencia. Necesitamos mejorar nuestra Balanza por Cuenta Corriente que nos exige financiación y, además, como es sabido nuestras empresas tienen un gap tecnológico que les impide competir en la economía global. La implantación de estos sistemas de información, que permiten diferenciar los productos y los clientes, así como mejorar la eficiencia de las empresas, permite crear valor y ser competitivos. Además al implantar los sistemas de información y formar a los trabajadores en las empresas, actividad que debe incentivarse de manera explícita, se tiraría del sector TICs y del sector de formación en nuevas tecnologías, se acumularía capital humano en nuestro tejido productivo, ayudaría al desarrollo del software en español y marcaría un camino seguro para la formación de personas desempleadas que desean reciclarse. Es pues una política no sectorial, sino horizontal, que apoyaría a cualquier empresa de cualquier sector, que quisiera cambiar su estrategia hacia la exportación y la mejora interna de la productividad con el uso de las tecnologías de la información. 3.- Las políticas sectoriales podrían ser muchas pero creo que debemos centrarnos en al menos dos sectores que, después de la construcción, son los que más aportaban al PIB antes de la crisis. Debemos hacer un mix entre el turismo y la salud. Tenemos que mostrar como un gran valor que España es un país en el que si vienes de turismo y te ocurre algo, nuestro sistema sanitario puede atenderte con garantías y debemos ofrecer este servicio de una forma diferenciada. Esto es un valor, que debemos completar para abastecer la demanda generalizada, en los países occidentales, de sensaciones de salud, bienestar y apariencia física de juventud. Tenemos que posicionar nuestro turismo en un sector de más calidad que atraiga a personas de alto nivel de renta que busquen este mix entre el ocio y la salud. Y facilitar y garantizar legalmente la compra de viviendas en zonas turísticas por extranjeros que quieran venir a España a veranear con garantías para su salud o a jubilarse con servicios de atención a mayores en nuestro país. Esta línea, le daría un cambio estratégico a una parte importante del sector turístico y al sanitario, público y privado, ayudaría a ir reduciendo el stock en viviendas en la costa esapañola y, a la vez, que generaría empleo en servicios sociales y atención médica. 4.- Tenemos que seguir potenciando la red de alta velocidad, buscando un diseño de las líneas ya más transversal que radial y fomentando la conexión con nuestros países vecinos, en proyectos que pueden captar financiación de la UE. Esta línea de actuación es básica para seguir aprovechando las economías dinámicas actuales, que están permitiendo a nuestras empresas haberse convertido en líderes mundiales en esta infraestructura de transporte y estar integradas en grandes proyectos de inversión en diversos países. Seguir siendo líderes en este know how, nos permitirá estar posicionados en un mercado mundial creciente y aprovechar las ventajas competitivas que tenemos derivadas de la experiencia que hemos adquirido. Son, pues, cuatro líneas. Son pocas, pueden proponerse muchas otras, pero tenemos que simplificar el debate, aunar los esfuerzos, evitar discusiones inútiles, ser capaces de superar las críticas de los que tienen sus intereses en mantener la estructura de una economía ya obsoleta y marcar una estrategia de futuro para que España sea un país competitivo y con un horizonte común. Esta puede ser una opción. Puede mejorarse y completarse. Pero necesitamos un proyecto común, un rumbo. Una nave en la que cada tripulante hace lo que le parece no llega a puerto. Suerte y buen verano.

domingo, 22 de julio de 2012

¿Por qué no interviene el BCE?

Después de tantos ajustes, tantos recortes y tantas rendiciones, seguimos en un camino sin salida. Con la prima de riesgo tan elevada, refinanciar la deuda pública absorbe todas las subidas de impuestos y recortes de gasto que acometemos y origina un nuevo aumento del déficit y por tanto habrá que emitir más deuda que, a esos altos tipos, nos obligarán a más ajustes y los mercados volverán a desconfiar de nuestra capacidad de devolver los préstamos y se desprenderán de la deuda española, haciendo bajar el precio de los bonos y subir el tipo de interés y la prima de riesgo país y, así, hasta el desaliento. ¿Por qué no interviene el BCE? ¿Por qué no empieza a comprar deuda española, hace subir el precio de los bonos y bajar el tipo de interés y empezamos a cuadrar todos los esfuerzos que estamos haciendo? Pues creo que hay dos razones reales y una excusa perfecta. La excusa es que en el mandato del BCE, no está estabilizar la deuda de países con problemas financieros. El BCE tiene que velar por la salud del sistema financiero relacionado con el euro y el control de la inflación de la eurozona. Pero todos sabemos que si todos los países de la UM estuvieran de acuerdo en que interviniese, no sería necesario cambiar mandato alguno e intervendría, como ya lo ha hecho en otras ocasiones. Y, además, podría decir que va intervenir sin intervenir, lo cual haría que los mercados cambiaran sus expectativas y solucionarían el problema sin coste. Esto es lo que se denomina una política de señales. Sin embargo su Presidente, Mario Draghi, ya seducido por la emperadora, no emite esta señal, sino la contraria, diciendo que no piensa intervenir...... "más madera" que diría Groucho, el rey del absurdo, que encajaría perfectamente en este escenario que estamos viviendo. Por tanto tenemos que buscar las verdaderas razones de la no intervención del BCE y creo que hay dos razones aunque puedan solaparse. La primera es que quieran disciplinarnos aún más y crean que esta es la única manera. Nosotros pensamos que ya está bien de penitencia, pero ellos no lo ven así. Piensan que tenemos un Gasto Público excesivo y que pagamos pocos impuestos, dos verdades, nos guste o no reconocerlo. Además cada día se desayunan con nuevas deudas españolas: bancos, cajas, Estado, Comunidades Autónomas, en nada los Ayuntamientos..... ¿Cuánto deben estos españoles? Se preguntan. ¿Nos lo ocultan o ni ellos mismos lo saben......? Y esperan. Nos van desnudando día a día hasta que comprueben que ya no ocultamos arrogancia alguna, ni deseos de equipararnos a ellos, ni en lo económico, ni en lo político. Nos ponen en el sitio que ellos creen que nos corresponden ante nuestro desacuerdo. Y nos desmoralizan. Casi nos ofenden. Y terminaremos preguntándonos, si no lo estamos haciendo ya, si merece la pena ser socios de semejantes "individuos". La segunda razón es que un conjunto de países hayan llegado a la convicción de que no es posible un área monetaria con países como Grecia, Portugal y sobre todo España, que por su tamaño, no puede ser rescatada a la griega. Hay, pues, que tensar la cuerda hasta que se vayan. El coste de la salida es mayoritariamente para el que se va y los países que se quedan, después de un inevitable cataclismo, tendrán una salida rápida de la recesión, una vez arrojado el pesado lastre por la borda. ¿Es este un planteamiento excesivo? No había pensado en esta posibilidad, hasta que el Parlamento alemán votó la semana pasada el acuerdo para financiar a los bancos españoles y se filtró el texto. Una de las clausulas dice que España pagará sus deudas en euros aunque abandone el euro. Demasiado evidente. Pero para nosotros sólo nos queda un camino: resistir. Las empresas están cambiando, los españoles sin trabajo emigran, las exportaciones siguen subiendo, estamos ajustando costes por las bravas, moderamos nuestra manera de vivir,...., nos buscamos la vida. Lástima que la salida vaya a ser individual, caótica y desordenada. Ha faltado el proyecto común, diseñar una estrategia de país que aúne los esfuerzos y nos permita confiar en el futuro. Ni un Gobierno ni otro lo ha hecho. Y ya es demasiado tarde para todo, Del escepticismo y la desilusión no puede surgir rápidamente la confianza. ¿Cómo será España postcrisis? De esta crisis saldrá una economía dual. Una parte moderna, global y competitiva y otra parte con bajos niveles de renta que lo seguirá esperando todo de un Estado con capacidades limitadas. Y así tendremos, con euro o sin euro, lo que siempre hemos tenido: una nación fragmentada.

viernes, 20 de julio de 2012

Caída Libre

Este viernes 20 de julio es un dia en caída libre. Todo son malas noticias: la prima de riesgo está por encima de los 600 puntos básicos, la Bolsa cae más del 5%, el déficit público se dispara nuevamente para pagar los intereses de la deuda, la calle se llena de protestas que irán radicalizándose y nuestro ministro dice que no tiene dienro para pagar los sueldos para que los mercados financieros se enteren de la situación que tenemos. Y seguimos sin saber a dónde vamos. Al menos ya estamos intervenidos, lo cual significa que hay un conjunto de países que están dispuestos a luchar por un euro con nosotros. Y ahora empiezan a pedir ser rescatadas las autonomías y después empezarán los ayuntamientos. Nuestros socios europeos tiene que estar perplejos. Somos un agujero sin fondo. Y ya hacer pronósticos es ciencia ficción, vamos sin mapa. Nosotros y los países de la UM, que cada vez estarán menos dispuestos a ayudarnos. Estamos en una situación límite y mi punto de esperanza aparece cuando me encuentro en el Ave a mis exalumnos trabajando para multinacionales y me dicen: "nosotros vamos bien", "salimos de esta, tenemos buenas empresas". Es fascinante esto del precipicio, cada uno lo ve de una manera, pero ante tanta parálisis está surgiendo una economía española diferente, global, al margen del Estado, que no espera ninguna definición del modelo de crecimiento, ni de la regulación, ni de los privilegios. Simplemente compite y se busca la vida. Lástima que sea insuficiente. Vamos a terminar con un país dual, como siempre ha ocurrido en los momentos de crisis en la economía española. Una parte global y competitiva y otra que se refugia en las actividades no comercializables. El Gobierno no ha sido capaz de generar un proyecto común. Ya se trata de evitar el default.

lunes, 16 de julio de 2012

El Estado del bienestar, la gestión del bienestar y el modelo de crecimiento

¿Qué demonios estamos haciendo? No me refiero ya a que el Gobierno haga una rueda de prensa  o anuncie en el Parlamento unas medidas y que el BOE esté lleno de una sorprendente letra pequeña, sino de si existe alguna coherencia en este aluvión de medidas que están paralizando a la economía española y minando su confianza. Porque, estando de acuerdo en que hay cambiar el peso del Estado y el modelo de crecimiento y que hay que disciplinarse ante la exigente emperadora, da la impresión de que estamos confundiendo los objetivos con los intrumentos y el marco de actuación con los agentes. Me explico.
En primer lugar: ¿Realmente nuestro problema es el gasto en las políticas de bienestar que reciben los ciudadanos en forma de sanidad, educación, pensiones, prestaciones por desempleo, etc... o es el gasto en la gestión de los mismos lo que dispara nuestro Presupuesto sin que los ciudadanos vean las contrapartidas a sus impuestos? Y estamos hablando no solo de la posible ineficiencia en la gestión directa que realizan los funcionarios, sino también de la que parece desmedida y cara estructura política para esa gestión indirecta del Estado del bienestar. Con las medidas del Gobierno ¿qué estamos intentando hacer? Tantos cientos y miles de concejales y diputados autonómicos y provinciales, con sus soportes personales en forma de asesores, coches oficiales, etc....¿qué gestionan?
Y en segundo lugar, cuando hablamos de los cambios estructurales y las reformas que nos van a llevar al crecimiento, ¿no estamos siendo demasiados ingenuos, pensando que simplemente cambiando el escenario de actuación, con la reforma laboral, la apertura de horarios, etc., tenemos un tejido productivo autóctono que va a ponerse a invertir y a crear seis millones de empleos? Nuestro problema de fondo ¿no es la falta de empresas y empresarios? Tenemos ¿sólo que arregla el césped del terreno de juego o tenemos que reforzar el equipo porque no tenemos jugadores suficientes? Y, finalmente, ¿las medidas que estamos acometiendo, sobretodo las fiscales, animan a que tengamos más empresas y empresarios y más inversión o quizás están haciendo lo contrario? ¿Por qué no definen de una vez por todas cuál es el modelo de crecimiento en el que creen?

jueves, 12 de julio de 2012

La rendición de España


Después de cuatro años negándonos a aceptar lo evidente, a cambiar nuestra manera de entender las cosas, a reestructurar aquella parte de nuestra economía que supone un lastre para competir como país de la Unión Monetaria  y de cometer un error tras otro, la disciplina europea ha terminado por domarnos y nos hemos rendido por completo. Rescate, tutela, intervención....., ¿qué más da como le llamemos? Para rescatar a España a la griega, nadie tiene fondos suficientes. Se ha optado pues por una actuación diferente, a la medida de países grandes como España o Italia. Te envío fondos para solucionar problemas concretos, como es el caso de Bankia y algunas otras excajas, no me comprometo a refinanciarte, ni a asegurarte, la deuda pública, pero haces excatamente lo que te digo y voy a vigilar cada movimiento mes a mes. En eso es en lo que estamos.
Seguramente los nacionalistas españoles extremos se estarán rasgando las vestiduras y los del otro lado estarán aún buscando responsables y negándose a aceptar la evidencia de que esta manera de vivir, por encima de lo que producimos, y reclamando al Estado todo aquello a lo que creemos, insesatamente, que tenemos derecho, se ha terminado. Pero una gran mayoría de los españoles terminará agradeciendo que nos disciplinen para que seamos un país serio, con unas prestaciones sociales dignas y que podamos pagar, en el que se estime la actividad empresarial y no la especulación y en el que los políticos no puedan endeudar al país a golpe de caprichos, haciendo cosas que no nos sirven para nada y, en muchos casos, disponiendo de lo público como si fuera propio. La pena es que no hayamos sido capaces nosotros mismos de asumir nuestros errores en estos años y de cambiar el rumbo y el destino de España. La tristeza es que llegue tan tarde cuando todos estamos ya sumidos en la incertidumbre y muchos en la desolación. Cuando la tendencia a una nueva recesión es tan brusca que es posible que tengamos hacer nuevos ajustes. Cuando ya no hablamos de cambio de modelo de crecimiento, ni de competitividad, ni de nada estratégico para el país. Ahora necesitamos que nos refinancien lo que debemos, que crean que vamos a devolverlo y que nosotros mismos empecemos a creer en nosotros mismos.
Tardaremos tiempo y aún tendrán que disciplinarnos más, pero igual es el principio de una España europea de verdad.
Y decían que el trío Holland, Monti y Rajoy había vencido a la emperadora -que no emperatriz-  luterana..... ¡¡¡Penitenciagite!!! Han sido demasiados pecados.

martes, 10 de julio de 2012

Una Europa Difusa y Confusa (En http://economy.blogs.ie.edu)(02:Julio:2012)


Cada vez que estamos al borde del precipicio, se reúnen hasta la madrugada avanzada, los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Unón Europea, por aquello de la nocturnidad y alevosía y, tras el cansancio, anuncia el final de todos los problemas y un ramillete de felices soluciones. Respiramos todos un momento y la bolsa se recupera y la prima de riesgo desciende, hasta que leemos en los periódicos las declaraciones confusas de los líderes políticos, en la que todos ganan, unos ven condiciones y exigencias donde otros no las ven y, adicionalmente,  no enteramos del procedimiento difuso para llevar a la práctica los acuerdos.
Mientras tanto Europa ni crece ni genera empleo. En el cuadro se observa como el crecimiento del PIB de la Eurozona (UEM) es inferior al de otras áreas geográficas.
 Los interrogantes sobre los “quiénes”, “cuándo” y “cómo” se amontonan cuando no planteamos los grandes temas sobre los que se han llegado a los acuerdos: la compra de deuda pública de países con excesiva prima de riesgo, la ayuda directa a los bancos en dificultades, la unificación bancaria, la armonización fiscal y la ayuda al crecimiento. Las noticias que se filtran empiezan a dar fechas de entradas en funcionamiento de dichas soluciones, que van desde un mes a final del año en curso, mecanismos de control político interno -es decir que los alemanes lo acepten- que aún pueden dar al traste a varios acuerdos y condiciones y letra pequeña de diversa interpretación. Si en unos días los mercados financieros vuelven a las andadas, no nos debe extrañar.
Pero hemos avanzado, la apuesta por el mantenimiento del euro es clara, pero conseguir salir de la situación actual no será rápido. Nuestro modelo de emisión de señales económicas es confuso y nuestro modelo de toma de decisiones y asunción de responsabilidades es difuso. El eurosistema es un velero en el que todos saben qué hacer con buen tiempo y viento suave y sostenido. En plena tormenta la tripulación empieza a discutir sobre el rumbo, el trimaje de las velas y la posición de los tripulantes y, además, cuando llegan a un acuerdo se van todos a dormir y esperan al día siguiente. Y aún así seguimos sin naufragar……. Y este velero es la cuarta parte del PIB mundial.