lunes, 31 de diciembre de 2012

Fin de Año


Cerramos el año con una aguda sensación de desconcierto y mucha desconfianza. Mucho esfuerzo, muchos recortes, mucha indignación y pocas esperanzas. Algunos indicadores positivos, que han ido apareciendo las últimas semanas, no ocultan la situación de recesión que vivimos y que se manifiesta en la caída del consumo interno y la inversión. Un balance del año 2012, nos lleva a destacar tres cuestiones que ha abordado el Gobierno con más o menos éxito: un relativo control del déficit público, con algunos flecos pendientes en las cuentas autonómicas; un ordenamiento del sistema financiero, rescate incluido, y una reforma laboral que ha fomentado más el despido que la creación de empleo y no parece que haya resuelto el problema del excesivo uso de los contratos temporales, que tanta culpa tienen en la escasa productividad de la economía española y en la baja acumulación de capital humano de sus trabajadores.  Para las expectativas que había levantado el Gobierno de Rajoy es un balance un tanto decepcionante; y esto sin sumar los recortes de gasto público realizados y las promesas electorales  incumplidas.
De una sociedad expectante, hemos pasado a una sociedad escéptica con un cierto toque de tristeza. El Gobierno debe reaccionar a principios de años poniendo sobre la mesa un plan estratégico a medio plazo que marque las líneas de actuación para el impulso de la economía real. Pensar que simplemente arreglando el terreno de juego, el equipo se va a poner a jugar y ganar el partido,  no es realista en estos momentos. Nuestra economía necesita un cambio de rumbo claro del tejido productivo. Seguimos haciendo reformas parciales sin tener una visión sobre el país. Y, así, la salida de la crisis va a ser muy lenta y muy desordenada y en lugar de caminar todos juntos cada uno va a buscar su propio camino, independencia incluida.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Pequeños premios a muchos esfuerzos.


La economía española después de cuatro años perdidos y nueve meses de algunas reformas empieza a mostrar que tantos esfuerzos y sacrificios, principalmente en desempleados, van dando sus frutos. Van algunos indicadores:
- El indicador sintético de actividad, un indicador de los denominados adelantados, lleva mostrando dos trimestres positivos, según este indicador, este trimestre y el próximo deberían cerrar con mejoras leves en el PIB trimestral.
- La Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos ha reducido notablemente su déficit. Los ingresos por turismo ya compensan la balanza comercial y todo ello sin devaluaciones, como siempre hacíamos en el pasado. Indudablemente las importaciones han caído por la recesión interna, pero las exportaciones han mejorado mucho en un entorno externo de nuestra área comercial recesivo. Hemos mejorado nuestra competitividad de la manera más difícil, con mejoras de productividad y reducción de costes. Y todo ello a pesar de que la inflación ha seguido siendo alta.
- El déficit público se está también ajustando y aunque puede que no cumplamos con el 6,3% fijado, estará unas décimas por encima y daremos la sensación de controlar la economía y de que empezamos a dejar fondos prestables para que financien la inversión y el consumo de bienes duraderos. Si los datos siguen así la prima de riesgo irá moderándose y puede que no pidamos el rescate.
- Los capitales externos han vuelto a entrar en el país después de muchos meses de salida permanente y lo han hecho en un volumen muy importante: 31.000 millones de €.
- Estamos empezando a observar la relocalización de proyectos industriales en nuestro país, como ha sido el caso de Renault y Ford en el sector del automóvil. Somos productivos y eficientes, a unos costes razonables y con un mercado laboral más flexible y comprensivo.
- Las empresas del IBEX 35 anunciaron un incremento de sus ventas del 6,6% en el pasado trimestre. Seguramente fruto del tirón del sector exterior.
- Después de varios meses, el índice de producción industrial ha experimentado una subida del 0,6 % mensual.
Son débiles indicios, frente a los 5 millones de desempleados del paro registrado, pero creo que muestra el pulso de la economía española o de una parte de ella. Sin crédito, sin un diseño de un modelo de crecimiento claro, sin pacto de rentas, simplemente con una reforma laboral con más sombras que luces y con un ajuste fiscal muy fuerte, la economía española va mostrando de lo que es capaz.
Este lunes di una conferencia en el foro de emprendedores de Andalucía ante cerca de 3.000 jóvenes con unas ganas enormes de crear empresas y salir de la situación actual. ¿Qué sería de nosotros si hubiéramos estado mejor gobernados? Y, mientras, los casos de corrupción siguen saliendo y hasta tenemos al ex-represente de nuestros empresarios procesado. Tenemos futuro, basta con que dejen jugar el partido a tanta gente que quiere afrontar el reto de la economía real y generen el entorno empresarial que necesitan.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La nueva manera de diseñar la política industrial.


La economía española no deja de sorprendernos. En varias entradas he referido mi opinión sobre la necesidad de diseñar un modelo de crecimiento por parte del actual Gobierno. Dividida las competencias entre dos Ministerios: Economía y Competitividad de un lado e Industria, Energía y Turismo de otro; y enfrascado un Ministro en la reestructuración financiera y aguantar la tarascadas de doña Angela y el otro empantando en evitar el déficit tarifario del sector energético, nadie se pone a pensar en el diseño de una política de crecimiento, que marque la senda de la recuperación y levante la niebla de la incertidumbre.
Ante esta apatía de nuestros gobernantes o su falta de imaginación, el tejido productivo español, en concreto los fabricantes de coches, responde y hacen una oferta de un plan para fabricar un millón de coches más al año, generar 73.000 empleos  y exportar 2,5 millones de unidades. El "Plan 3 Millones", solicita al Gobierno 500 millones de inversión pública y 100 medidas de corte fiscal, legal y de gestión, que afectarían a 8 Ministerios, en un intento de conseguir mantener un sector industrial que supone el 10% del PIB español y pretende posicionarnos fuertemente entre los países exportadores . Indudablemente habrá que mirar con detalle la viabilidad del Plan, pero no deja de ser una iniciativa interesante en la medida que no hacer política industrial está originando que los sectores afectados diseñen su propia estrategia de crecimiento, siendo quiénes mejor conocen las características de los mercados en los que compiten y la sometan a la consideración del Gobierno.  Una propuesta, además, al margen de agentes sociales y partidos políticos.
Puede que la política de no hacer nada, sea la mejor manera de fomentar que el tejido productivo tome la iniciativa y ponga sobre la mesa el diseño de una estrategia que además tiene la ventaja de que no hay que convencer a los agentes implicados. Y también refleja el pulso del tejido productivo español que ha sobrevivido a la crisis y que constituye la cierta esperanza de que vamos a salir de ella.  ¿Qué hará el Gobierno al respecto? Debería escucharlos pronto y poner en marcha la iniciativa con los retoques que se quieran e incentivar que otros sectores hagan lo mismo, siempre que las propuestas sean realistas. Es una forma nueva de hacer política industrial, consecuencia de no hacer nada. Un nuevo modelo de gestión pública.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Brotes Verdes


El ritmo de acontecimientos es tan fulminante que ya nadie se acuerda de que tuvimos un Presidente del Gobierno llamado Rodríguez Zapatero, ni de su Ministra de Economía   Elena Salgado, ni de aquellos meses en que se hablaba de los brotes verdes: esos pequeños datos económicos que parecían indicar que estábamos saliendo de la recesión.  En estos últimos días, han sido varios los Ministros del Gobierno español, que han empezado a transmitir un mensaje optimista del devenir de nuestra economía, a pesar de la subida de la cifra de paro y de las negativas previsiones que la Comisión Europea ha hecho sobre la economía española.
Sobre las previsiones, hay que decir que todos los organismos las están corrigiendo de manera permanente y, en tiempos tan volátiles como los nuestros, hay que observarlas pero no darles demasiada certeza.  Esto se debe a que, en general, suelen realizarse con series temporales a las que se aplican filtros específicos, pero que en cierta forma son los datos del pasado los que nos indican el futuro. En un entorno tan volátil como el nuestro saber cuándo se va a dar el punto de inflexión es complicado de pronosticar.
De otro lado, cuando observamos los datos trimestrales en tasas interanuales, estamos haciendo una especie de media móvil de los cuatro trimestres anteriores, por lo que nuevamente los trimestres pasados condicionan el dato del trimestre actual. En estos momentos, lo queremos saber es cuándo saldremos de esta situación de crecimiento trimestral negativo y de horizonte pesimista y es, por ello, que debemos de mirar más las tasas de crecimiento intertrimestrales. Estás han sido en este año: -0.3 (IT), -0,4 (IIT) y -0,3 la estimada para el tercer trimestre.
¿De dónde saca el Gobierno su optimismo? ¿Dónde ve los brotes verdes que indican que todo los ajustes han merecido la pena y nos espera un "futuro brillante", como dice el Ministro de Economía? Pues creo que lo hace al observar un indicador de esos que llamamos adelantados. Es decir, un indicador que suele predecir lo que va a ocurrir un par de trimestres después y que ya lleva dos trimestres dando resultados positivos. Me refiero al Indicador Sintético de Actividad (ISA), que elabora el INE para el Ministerio de Economía  que ha reflejado: +0.2 en el IIT y +0,3 en el IIIT.

Si este indicador acertara, tendríamos un cuarto trimestre positivo y un primer trimestres del año también positivo y las previsiones del Gobierno serían más correctas que la de todos los organismos internacionales, incluida la Comisión Europea, y la de todos los expertos y servicios de estudios españoles. Si así fuera, los Presupuestos presentados y de la senda de corrección del déficit sería creíble y habría demostrado que con nueve meses de reformas y principalmente ajustando las plantillas y desapareciendo el tejido productivo no competitivo, la economía española podría empezar a recuperar su pulso. Pero si no acierta en sus estimaciones, si el déficit lo cerramos en el 8% del PIB, la economía cae en 2013 por encima del 1,5% y sólo empezamos a ver la luz del tunel a principios de 2014, la pérdida de credibilidad va a ser enorme y volveremos al pasado, a aquellos tiempos en los que nadie confiaba en quienes nos gobernaban. Ojalá acierte el Gobierno y el ISA siga adelantando la actividad económica.


domingo, 28 de octubre de 2012

¿Está ya ajustada la prima de riesgo de España?


Cuando estamos hablando de la prima de riesgo, como es sabido, nos estamos refiriendo a la diferencia entre el tipo de interés a 10 años de un bono español respecto a un bono alemán del mismo vencimiento. En la actualidad, España podría emitir bonos con vencimiento a 10 años al 5,584%, mientras que Alemania lo hace al 1,545%.  (Esta diferencia de unos cuatro puntos de interés, multiplicada por 100, nos da los algo más de 400 puntos básicos de la actual prima de riesgo.)
A la vista de estos datos, la primera pregunta que debemos hacernos es si, al margen de todos los improperios que queramos hacer sobre las agencias de calificación, es razonable que un ahorrador, por prestarle sus ahorros al Estado español a 10 años, le pida un 5,5% de interés anual, máxime dadas las condiciones de la economía española, en relación con la alemana, de déficit descontrolado, deuda creciente, paro masivo, larga recesión y diferencial de inflación respecto a los países con los que compite, principalmente Francia y Alemania.
La segunda cuestión, tiene que ver con la tasa de inflación de cada país y los tipos de intereses reales. En efecto en economía solemos distinguir entre el tipo de interés real y el nominal y, por lo general, le prestamos más atención al tipo de interés real que al nominal. Como es sabido el tipo de interés real es el tipo nominal menos la tasa de inflación. Calcular la tasa de inflación a 10 años es casi imposible puesto que estamos hablando del largo plazo y a largo plazo casi todo es posible en economía. Pero si suponemos que la inflación actual, que es el 3,4%, va a mantener, el bono español está pagando una rentabilidad real de (5.584-3,4) un 2,184%. ¿Es demasiado por un préstamo a 10 años a un país como España en la situación actual?
Es cierto que el tipo de interés a corto lo fija el Banco Central, en nuestro caso es el 0,75%, y sobre él los bancos se prestan entre ellos determinando el tipo de interés del interbancario, que en la actualidad es del 0,631, anticipando el mercado una rebaja del tipo de intervención; pero el tipo de interés a largo plazo se determina en el denominado mercado de fondos prestables y en este, considerando la economía global,  el tipo de interés real a largo plazo se determina cuando el ahorro global es igual a la inversión global más las necesidades de financiación de los Estados.
Quizás deberíamos empezar a acostumbrarnos al nuevo equilibrio global. Un equilibrio en el que el ahorro es escaso y las necesidades de financiación son considerable y es normal que el tipo de interés sea algo elevado. Sin duda una intervención del BCE puede alterar a corto plazo este equilibrio a largo plazo, pero la intervención no puede ser eterna sin que tarde o temprano los precios salten y como esto lo sabemos, la intervención no va a ser permanente.
Quizás la prima de riesgo esté ajustada y reflejando un nuevo equilibrio. Van a ser tiempos diferentes a los que hemos vivido en los años de la burbuja dorada y debemos empezar a aprender a convivir en el nuevo entorno global.

lunes, 15 de octubre de 2012

Centrando el objetivo: el Consumo y la Inversión.

Quizás estamos entrando en una situación un tanto dramática, conscientes ya de seguir un camino que no nos lleva a ninguna parte. La sombra indecisa del rescate por un lado y la amenaza de otra batería de recortes por otra, al no poder cumplir las exigencias europeas sobre el déficit público, están originando una sensación de desasosiego, incertidumbre y vértigo ante la caída libre. La gran mayoría se está convenciendo de que recortar por recortar sólo nos lleva a ahondar más en la recesión y esta caída de actividad reduce los ingresos fiscales, aumenta el déficit y exige nuevos recortes y, como consecuencia, la actividad económica sigue cayendo. Es una espiral hacia el abismo. Estamos tan knockeados que no vemos la puerta de salida y es sencilla de ver aunque difícil de traspasar. 
Digamos que hay dos visiones sobre la salida de la crisis. La visión de los "clásicos" y la de los "keynesianos". Los primeros, identificados más o menos con los partidos conservadores, piensan que ajustando rápidamente el déficit público, el ahorro y el crédito fluirá a la Inversión y al Consumo y la economía se recuperará, tras realizar algunas reformas estructurales para dar flexibilidad a la economía. Esta es la visión de los que ven la economía a largo plazo y suponen que el paro masivo y duradero es algo inevitable y un sacrificio que la regeneración económica exige. 
Los "keynesianos" socialdemócratas, en cambio, tienen una visión diferente. Siguiendo la frase de Keynes de "a largo plazo todos muertos", demandan una política fiscal más activa basada en pretender que el Gasto Público directo sea el componente único que tire de la Demanda Agregada, mientras seguimos contemplando como el Consumo y la Inversión se desploman. 
La realidad es que desde 2007 y hasta 2011, observando la base 100 del INE, el Consumo de las familias ha caído 10 puntos porcentuales, la Inversión 30 puntos y el Gasto Público ha subido 10 puntos, mientras que las Exportaciones Netas han mejorado 9 puntos (las Exportaciones han subido 6 puntos y las Importaciones han descendido 15 puntos). Pero el peso económico de estos componentes de la DA no es el misma, en la medida que en 2011, el Consumo suponía el 57,4% de la DA, la Inversión el 21,6%, el Gasto Público el 20,9%, las Exportaciones el 30,3% y las Importaciones el 31,1%. No parece que el Gasto Público por sí sólo pueda suplir la caída del Consumo y la Inversión y aunque las Exportaciones ha mejorado notablemente, la apertura al exterior de nuestras empresas no será suficiente para crear tres millones, al menos, de puestos de trabajos.
En mi opinión la postura keynesiana es imposible en el entorno de la UM, requeriría monetizar un elevado défcit durante años y obvia el tema principal que es pretender que el Consumo y la Inversión se relancen.
Por su parte la visión clásica adolece de un determinismo mesiánico cuando afirma con resignación eso de: "ya saldremos de esta crisis como lo hemos hecho de otras", cuando todos sabemos que esta crisis es diferente y que antes siempre salíamos devaluando la moneda. Con esta pasividad, esta visión, está generando una pérdida total de la confianza de familias y empresarios y será difícil así recuperar el Consumo y la Inversión, aunque el crédito se recupere y el despido se abarate.
La cuestión es cómo conseguir que el Consumo y la Inversión cambien la tendencia actual. Subiendo los impuestos a familias y empresas sin duda no. Generando incertidumbre por la inexistencia de una estrategia económica como país,  tampoco. Prometiendo leyes, que nunca llegan, para que la actividad empresarial se desarrolle con menores costes de transacción, no parece que sea lo más acertado. Presentando unos Presupuestos de recortes, sin incentivos al Consumo y la Inversión, no es la manera. El final de la restricción del crédito y la bajada del tipo de interés para familias y empresas ayudaría pero el rescate bancario no llega, el banco malo no liberará con rapidez los activos de los bancos españoles y, a todo ello, hay que sumar el desplome de la consideración ciudadana a las instituciones más relevantes del Estado y la crisis en la que ese mismo Estado y el sistema político está inmerso.  ¿Por qué vamos a consumir y a invertir si nos están generando una situación de desasosiego, incertidumbre e inseguridad? Centremos pues el objetivo, hablemos de cómo recuperar el Consumo y la Inversión lo más rápidamente posible. Hace unos meses, apareció la noticia de que el Gobierno chino, ante la caída de la demanda externa, había obligado a las familias chinas a consumir un 4,5% más. ¡Quién pudiera hacer ésto en nuestro país! 

domingo, 23 de septiembre de 2012

La pérdida del tejido productivo

La crisis se ha llevado por delante casi el 20 % del tejido empresarial español y hasta que este tejido no se reponga nos mantendremos con una elevada tasa de paro. Los datos son significativos. Según la Encuesta de Población Activa, entre el primer trimestre de 2008 y al cuarto de 2011, han desaparecido casi el 21% de nuestros empresarios creadores de puestos de trabajo. Los autónomos han caído un 11% y los asalariados privados un 16%. Como contrapartida, en este período, los asalariados públicos han aumentado un 9%. Si observamos las empresas existentes por número de trabajadores, en estos cuatro años han desaparecido el 17% de las microempresas (1 a 9 trabajadores), el 23% de las empresas entre 10 y 99 trabajadores, el 21% de las que emplean entre 100 y 499 trabajadores y el 12% de las empresas de gran dimensión. Este es actualmente el problema de la economía española, el paro no lo va a resolver el sector público. Necesitamos más empresas y más empresarios y empresas de mayor dimensión que, según los datos, resisten mejor los cambios de entornos económicos. La cuestión es cómo generar este tejido productivo cuando la sociedad no valora suficientemente la actividad empresarial y son pocos los que desean ser empresarios a pesar de la política desplegada sobre la actividad emprendedora en los últimos tiempos. ¿Por qué se valora tan escasamente la función empresarial? Por lo general se confunde la actividad empresarial, considerada como factor de producción, con el capital, es decir los bienes productivos; y al empresario con el capitalista. Es cierto que en las pequeñas empresas, la propiedad del capital y el desempeño de la función empresarial coincide en una misma persona, pero esto no suele ocurrir en la gran empresa, en la que la dirección está bien diferenciada de los accionistas. Así pues deberíamos empezar por diferenciar la función empresarial del capital. Además, se declaran empresarios o los medios de comunicación otorgan este término a especuladores, buscadores de rentas y personas de ocupación indefinida y, en muchas ocasiones, a personas que han sido empresarios pero han terminado siendo financieros después de vender sus empresas. Esta confusión, junto a la ya tradicional dialéctica sindical y a la búsqueda de culpables de la crisis financiera, hace que se perciban los empresarios como explotadores y personas que exprimen a la sociedad más que agentes que generan empleo y hacen aumentar la renta del país. Si, adicionalmente, las empresas y los empresarios son objetos de importantes cargas fiscales que puede originar que los resultados de esta actividad sea finalmente de menor cuantía que la originada por gestión de recursos financieros y la especulación en el mercado de valores, es comprensible que las personas con más talento y más cualificadas de nuestra sociedad no deseen asumir la función empresarial y así no saldremos de la situación en la que estamos aprisionados. Mientras, el Gobierno está absorto en los problemas financieros, que sin duda son preocupantes, sigue elaborando una anunciada Ley de Emprendedores ysin resolver los enormes costes de transacción que supone abrir una empresa en España o poner en marcha un nuevo plan de inversiones. Deberíamos de tener presente, de una vez por todas, que lo importante es la economía real y que la financiera debe estar en un segundo plano, al servicio de las empresas, la creación de empleo y la actividad empresarial bien entendida.

jueves, 6 de septiembre de 2012

¿Qué demonios ha dicho Draghi?

Es un tanto complejo pero puede entenderse. Lo que ha dicho Draghi es que está dispuesto a comprar deuda pública emitida entre uno y tres años, de los países periféricos con dificultades(nosotros, los italianos, griegos, etc...), sin límite, en el mercado secundario y a aquellos países que pidan el rescate. Tres cuestiones por tanto. a) De manera ilimitada significa que está dispuesto a fabricar todos los euros que el BCE estime conveniente. Como sabemos el BCE puede crear los euros que quiera, porque detrás del dinero no hay nada. El efecto de esta compra ilimitada por el BCE será que el precio de los bonos suba, el tipo de interés baje y por tanto baje la prima de riesgo país, algo que ha ocurrido de inmediato. Es decir que el BCE tendrá un tipo determinado de interés teórico para cada país e intervendrá hasta que consiga ese tipo en los mercados. Esto significa que si crea mucho dinero puede generar una alta inflación, que es la razón por la que la Bundesbank se ha opuesto a la medida. Para salvar esta crítica ha manifestado que todo el dinero que cree para la compra de bonos lo drenará del sistema. Es decir sacará ese dinero con operaciones en mercado abierto que las compense. b) Intervendrá en el mercado secundario, esto significa que no comprará deuda directamente a los Estados, es decir no va a financiar directamente el déficit público. Comprará deuda a agentes que ya se la hayan comprado previa y directamente a los Gobiernos cuando la emitieron en el mercado primario. c) Pero sólo comprarán deuda de países que pidan el recate. Y aquí entramos en otra cuestión. Cuando hablamos de rescate, estamos hablando de un acuerdo de los países de la UM para poner dinero en un fondo que compre directamente deuda, en el mercado primario, al país rescatado. Es decir que financie directamente el déficit público y la refinanciación de la deuda pública emitida. Y hay cuatro tipos de restaces, uno total y tres parciales: 1.- El rescate total consiste en que se crea un fondo para comprar toda la deuda que un país necesite y a cambio se le exige que corte el déficit y que sea competitivo con medidas muy drásticas. Es el caso de Grecia, Irlanda o Portugal. Este fondo es un préstamos sobre el 6% a devolver en quince años, dependiendo del acuerdo con cada país. España no puede pedir el rescate total porque los países de la UM no pueden generar un fondo de las dimensiones que necesita España. El Gobierno español tiene una deuda en circulación de unos 800.000 millones de € y abría que crear un fondo por el doble, para dejar la mitad como garantía. Es decir 1.600.000.000.000 €..... Y si detrás va Italia.... Por eso estamos hablando de rescates parciales. 2.- El primer tipo de rescate parcial consiste en asignar un fondo determinado (entre el 2% y el 10% del PIB)a países que ya cumplen todas las recomendaciones de la UE. Algo que no es nuestro caso que seguimos sin cumplir los objetivos del déficit público. A este rescate se le denomina: Línea de crédito precautoria condicionada (PCCL). 3.- El segundo tipo de rescate parcial es el que nos aconsejan: Línea de crédito con condicionalidad reforzada (ECCL). Es como el anterior, pero para países que al no cumplir las recomendaciones de la UE deben comprometerse a nuevas exigencias. En nuestro caso más impuestos y menos gastos, sean del tipo que sean. 4.- Y finalmente el tercer rescate parcial consiste en que el fondo europeo garantiza una parte de la deuda emitida con un certificado, de forma que si el Gobierno finalmente no paga el tenedor del bono cobra al menos un tanto por ciento del mismo. El nombre es muy largo: Línea de crédito con condicionalidad reforzada y protección del riesgo soberano (ECCL+). ¿Qué hará España? Obviamente necesita financiarse a tipos de intereses más bajos. Quiere que el BCE intervenga y se reduzca la prima de riesgo. Pero el BCE sólo intervendrá si pide el rescate. El rescate completo, hemos visto que no es posible. Y ya nos han sugerido que sea el de condicionalidad reforzada, lo cual políticamente conlleva más coste electoral y donde dije que no hacia una cosa ahora no me queda otra que hacerlo. Pero este es el escenario. ¿Por qué se lo piensan tanto? Porque puede ocurrir que no sea necesario el rescate. Si los mercados ante el anuncio del BCE de intervenir dejan de vender deuda española y vuelven a comprarla, subirá el precio y bajará el tipo de interés y podremos financiarnos con cierta comodidad sin pedir el rescate. Es posible pero no probable. ¿Qué debe ocurrir? Si el PIB sigue en recesión y el paro subiendo, los mercados volverán a plantear sus dudas y volveremos a las andadas. Pero si empezamos a tener algunos "brotes verdes" (:-))podríamos salvarnos del rescate. Y aquí los intereses políticos juegan, las elecciones vascas y gallegas también, el descrédito político de ser un país rescatado, la dificultad para empresas y bancos para financiarse en este entorno, etc.... Es una decisión muy difícil. En la forma de ser de nuestro Presidente va jugar con el tiempo y esperar... y el tiempo, como es sabido, arregla unas cosas y pudre otras.

domingo, 2 de septiembre de 2012

El euro y el patrón oro

En cierta medida, la moneda única de los países del euro opera como si entre todos ellos tuvieran un tipo de cambio fijo que impide devaluaciones competitivas. Este modelo económico y de relaciones comerciales, operó con éxito entre 1896 y 1914, en lo que se denominó la Época Dorada del capitalismo global, un escenario similar, con matices, a nuestra actual economía globalizada. El modelo se auto ajustaba debido a la flexibilidad de precios y salarios y a la austeridad de los Gobiernos. Dos mensajes repetidos en la actualidad de manera machacona por los líderes centroeuropeos. En el patrón oro, si un país no era competitivo y presentaba un saldo deficitario en su cuenta corriente, tenía que saldar su déficit en oro y como el dinero de cada país estaba respaldado por el oro, la salida de oro originaba que hubiera menos dinero en circulación y los precios bajaban. Entonces, los salarios se ajustaban con mucha rapidez y al descender lo precios bajaban también los salarios, se abarataban los costes de los productos y sus precios, se volvían a exportar los bienes nacionales, se recuperaba el saldo de la balanza comercial y se registraba una entrada de oro que ponía otra vez más dinero en circulación y subían los precios y salarios. Indudablemente los Gobiernos no podían dar soluciones fiscales a las crisis, porque si gastaban de más no podían emitir dinero si no tenían oro y los préstamos internacionales había que devolverlos en oro. El modelo dejó de funcionar porque la economía dejó de ser flexibles con los movimientos sindicales, los Gobiernos entraron en proyectos belicistas que terminaron en la Guerra del 14 y los países fueron poco a poco avanzando en lo que finalmente se denominó el estado del bienestar. Tras la Gran Guerra, los países occidentales intentaron recuperar el comercio internacional, vino la crisis del 29 y a partir de ahí la mayoría de los países se cerraron en sí mismo y siguieron economías autárquicas, como hizo la Alemania de Hitler, la URSS de Stalin, países como Italia o España después de la Guerra Civil y finalmente los modelos que siguieron Suecia y Estados Unidos. Me pregunto si la manera que estamos teniendo de asumir la crisis del euro no está siguiendo las pautas de los modelos de tipos de cambio fijos de la Edad de Oro, en economías que son diferentes y que no quieren volver a aquellos años. Si me explican que la UE y el núcleo duro (Alemania, Holanda, Finlandia, Austria y finalmente Francia, que ya va virando a la ortodoxia) están abordando el ajuste en dos etapas: la primera para obligar a ajustar a las economías que despilfarran a que gasten lo que pueden pagar y el sistema financiero se sanee y funcione correctamente; y una segunda etapa en la que se va a lanzar un proyecto de inversiones y un modelo de crecimiento europeo común, puedo comprender lo que está pasando. Incluso pediría que se adelantara las directrices de este cambio estratégico para que todos comprendiéramos la razón de los sacrificios actuales y la recompensa de tanto esfuerzo. Pero de momento, ni el Gobierno español ni el europeo están diciendo nada al respecto. Reducir el déficit público, sanear los bancos y bajar los salarios....., el ajuste del patrón oro. Y, además, no nos queda otra. (Una lectura interesante sobre esta etapa a la que he hecho referencia es: Frieden, J.A. (2006) : "Capitalismo Global" (Crítica - Barcelona, 2007)).

domingo, 29 de julio de 2012

Un modelo de crecimiento

Estamos agobiados unos problemas financieros que, por su trascendencia nos impide mirar fuera del bosque y, mientras, la economía sigue en recesión y el paro subiendo. Alguna vez deberíamos pensar en eso que denominamos el cambio de modelo de crecimiento. Para unos, que se postulan como keynesianos, esto es aumentar el Gasto Público no importa en qué, ni tampoco en la forma en la que va a financiarse. Para otros, en este caso quienes nos gobiernan, el cambio de modelo productivo consiste en flexibilizar los mercados, principalmente el laboral, legislar para reducir las trabas burocráticas e intentar abordar algunos de los problemas sectoriales del país, como el energético. Creo que ni unos ni otros van a sacarnos de dónde estamos con estos enfoques. En mi opinión, lo que necesitamos es una nueva estrategia productiva que plantee una visión de cómo queremos ser, como país, en el futuro. Hablar de la economía del conocimiento, el I+D, "ser competitivos", incidir en la educación, etc....., es demasiado vago y en el fondo es echar balones fuera en un partido que perdemos por goleada. Tampoco tenemos recursos financieros para hacer una política estructural de gran dimensión, ni tiempo para abordar todos los problemas a la vez. Por tanto debemos diseñar una estrategia precisa, posible y sencilla, que marque un camino para que todos aquellos que quieran sumarse a ella, sepan por dónde vamos a ir y también para que aquellos que siguen presionando para que nada cambie, sepan que ellos mismos tiene que cambiar. ¿Cómo hacerlo? Creo que hay que marcar una serie de líneas de actuación a modo de grandes directrices estratégicas para poner en ellas los recursos de los que dispongamos, las ayudas europeas que podamos movilizar y los incentivos fiscales y económicos que estén en nuestra mano. Pueden ser muchas o pocas, pero voy a proponer las que me parecen adecuadas y posibles: 1.- Coche eléctrico y energías renovables. No tenemos petróleo, ni gas, y nuestras importaciones son cuantiosas en energía, tenemos mucho sol y viento, ciudades contaminadas y un medio rural y agrícola en declive. Una primera apuesta debería ser un mix entre la implantación en 10 años del coche eléctrico o híbrido con biocombustible y seguir apoyando las energías renovables para aprovechar las economías dinámicas, derivadas de nuestra experiencia en estas tecnologías, que hemos conseguido en estos años. Esta línea lanzaría, con los biocombustibles y las plantas térmicas y fotovoltaícas, una nueva actividad agrícola y de servicios en el mundo rural, crearía una infraestructuras de ingeniería eléctrica e industrial en ciudades, hogares y garajes públicos y privados, que podría absorber empleo antes relacionado con el sector de la construcción, disminuiría nuestra dependencia energética y es una apuesta de futuro, porque el mundo va por ahí y debemos ser líderes en este camino y, de hecho, muchas de nuestras empresas ya lo son y debemos potenciar su I+D en estas tecnologías. Es una línea que tendrá muchas críticas y detractores que, por lo general, están defendiendo intereses muy particulares con argumentos de sobrecostes, en los que se manipulan los datos de cada análisis pero, desde hace varios años, es muy evidente que es una acción de futuro. Esta sería la primera línea. En 10 años los coches de gasolina se gravarían con unos impuestos muy elevados y estaríamos, además, disipando las incertidumbre sobre el sector del automóvil que, como es sabido, es muy importante en la economía española. 2.- Mejora de la competitividad de las empresas españolas con dos acciones de apoyo, el fomento de la exportación y la implantación de los sistemas de información como factor de creación de valor y mejora de la eficiencia. Necesitamos mejorar nuestra Balanza por Cuenta Corriente que nos exige financiación y, además, como es sabido nuestras empresas tienen un gap tecnológico que les impide competir en la economía global. La implantación de estos sistemas de información, que permiten diferenciar los productos y los clientes, así como mejorar la eficiencia de las empresas, permite crear valor y ser competitivos. Además al implantar los sistemas de información y formar a los trabajadores en las empresas, actividad que debe incentivarse de manera explícita, se tiraría del sector TICs y del sector de formación en nuevas tecnologías, se acumularía capital humano en nuestro tejido productivo, ayudaría al desarrollo del software en español y marcaría un camino seguro para la formación de personas desempleadas que desean reciclarse. Es pues una política no sectorial, sino horizontal, que apoyaría a cualquier empresa de cualquier sector, que quisiera cambiar su estrategia hacia la exportación y la mejora interna de la productividad con el uso de las tecnologías de la información. 3.- Las políticas sectoriales podrían ser muchas pero creo que debemos centrarnos en al menos dos sectores que, después de la construcción, son los que más aportaban al PIB antes de la crisis. Debemos hacer un mix entre el turismo y la salud. Tenemos que mostrar como un gran valor que España es un país en el que si vienes de turismo y te ocurre algo, nuestro sistema sanitario puede atenderte con garantías y debemos ofrecer este servicio de una forma diferenciada. Esto es un valor, que debemos completar para abastecer la demanda generalizada, en los países occidentales, de sensaciones de salud, bienestar y apariencia física de juventud. Tenemos que posicionar nuestro turismo en un sector de más calidad que atraiga a personas de alto nivel de renta que busquen este mix entre el ocio y la salud. Y facilitar y garantizar legalmente la compra de viviendas en zonas turísticas por extranjeros que quieran venir a España a veranear con garantías para su salud o a jubilarse con servicios de atención a mayores en nuestro país. Esta línea, le daría un cambio estratégico a una parte importante del sector turístico y al sanitario, público y privado, ayudaría a ir reduciendo el stock en viviendas en la costa esapañola y, a la vez, que generaría empleo en servicios sociales y atención médica. 4.- Tenemos que seguir potenciando la red de alta velocidad, buscando un diseño de las líneas ya más transversal que radial y fomentando la conexión con nuestros países vecinos, en proyectos que pueden captar financiación de la UE. Esta línea de actuación es básica para seguir aprovechando las economías dinámicas actuales, que están permitiendo a nuestras empresas haberse convertido en líderes mundiales en esta infraestructura de transporte y estar integradas en grandes proyectos de inversión en diversos países. Seguir siendo líderes en este know how, nos permitirá estar posicionados en un mercado mundial creciente y aprovechar las ventajas competitivas que tenemos derivadas de la experiencia que hemos adquirido. Son, pues, cuatro líneas. Son pocas, pueden proponerse muchas otras, pero tenemos que simplificar el debate, aunar los esfuerzos, evitar discusiones inútiles, ser capaces de superar las críticas de los que tienen sus intereses en mantener la estructura de una economía ya obsoleta y marcar una estrategia de futuro para que España sea un país competitivo y con un horizonte común. Esta puede ser una opción. Puede mejorarse y completarse. Pero necesitamos un proyecto común, un rumbo. Una nave en la que cada tripulante hace lo que le parece no llega a puerto. Suerte y buen verano.

domingo, 22 de julio de 2012

¿Por qué no interviene el BCE?

Después de tantos ajustes, tantos recortes y tantas rendiciones, seguimos en un camino sin salida. Con la prima de riesgo tan elevada, refinanciar la deuda pública absorbe todas las subidas de impuestos y recortes de gasto que acometemos y origina un nuevo aumento del déficit y por tanto habrá que emitir más deuda que, a esos altos tipos, nos obligarán a más ajustes y los mercados volverán a desconfiar de nuestra capacidad de devolver los préstamos y se desprenderán de la deuda española, haciendo bajar el precio de los bonos y subir el tipo de interés y la prima de riesgo país y, así, hasta el desaliento. ¿Por qué no interviene el BCE? ¿Por qué no empieza a comprar deuda española, hace subir el precio de los bonos y bajar el tipo de interés y empezamos a cuadrar todos los esfuerzos que estamos haciendo? Pues creo que hay dos razones reales y una excusa perfecta. La excusa es que en el mandato del BCE, no está estabilizar la deuda de países con problemas financieros. El BCE tiene que velar por la salud del sistema financiero relacionado con el euro y el control de la inflación de la eurozona. Pero todos sabemos que si todos los países de la UM estuvieran de acuerdo en que interviniese, no sería necesario cambiar mandato alguno e intervendría, como ya lo ha hecho en otras ocasiones. Y, además, podría decir que va intervenir sin intervenir, lo cual haría que los mercados cambiaran sus expectativas y solucionarían el problema sin coste. Esto es lo que se denomina una política de señales. Sin embargo su Presidente, Mario Draghi, ya seducido por la emperadora, no emite esta señal, sino la contraria, diciendo que no piensa intervenir...... "más madera" que diría Groucho, el rey del absurdo, que encajaría perfectamente en este escenario que estamos viviendo. Por tanto tenemos que buscar las verdaderas razones de la no intervención del BCE y creo que hay dos razones aunque puedan solaparse. La primera es que quieran disciplinarnos aún más y crean que esta es la única manera. Nosotros pensamos que ya está bien de penitencia, pero ellos no lo ven así. Piensan que tenemos un Gasto Público excesivo y que pagamos pocos impuestos, dos verdades, nos guste o no reconocerlo. Además cada día se desayunan con nuevas deudas españolas: bancos, cajas, Estado, Comunidades Autónomas, en nada los Ayuntamientos..... ¿Cuánto deben estos españoles? Se preguntan. ¿Nos lo ocultan o ni ellos mismos lo saben......? Y esperan. Nos van desnudando día a día hasta que comprueben que ya no ocultamos arrogancia alguna, ni deseos de equipararnos a ellos, ni en lo económico, ni en lo político. Nos ponen en el sitio que ellos creen que nos corresponden ante nuestro desacuerdo. Y nos desmoralizan. Casi nos ofenden. Y terminaremos preguntándonos, si no lo estamos haciendo ya, si merece la pena ser socios de semejantes "individuos". La segunda razón es que un conjunto de países hayan llegado a la convicción de que no es posible un área monetaria con países como Grecia, Portugal y sobre todo España, que por su tamaño, no puede ser rescatada a la griega. Hay, pues, que tensar la cuerda hasta que se vayan. El coste de la salida es mayoritariamente para el que se va y los países que se quedan, después de un inevitable cataclismo, tendrán una salida rápida de la recesión, una vez arrojado el pesado lastre por la borda. ¿Es este un planteamiento excesivo? No había pensado en esta posibilidad, hasta que el Parlamento alemán votó la semana pasada el acuerdo para financiar a los bancos españoles y se filtró el texto. Una de las clausulas dice que España pagará sus deudas en euros aunque abandone el euro. Demasiado evidente. Pero para nosotros sólo nos queda un camino: resistir. Las empresas están cambiando, los españoles sin trabajo emigran, las exportaciones siguen subiendo, estamos ajustando costes por las bravas, moderamos nuestra manera de vivir,...., nos buscamos la vida. Lástima que la salida vaya a ser individual, caótica y desordenada. Ha faltado el proyecto común, diseñar una estrategia de país que aúne los esfuerzos y nos permita confiar en el futuro. Ni un Gobierno ni otro lo ha hecho. Y ya es demasiado tarde para todo, Del escepticismo y la desilusión no puede surgir rápidamente la confianza. ¿Cómo será España postcrisis? De esta crisis saldrá una economía dual. Una parte moderna, global y competitiva y otra parte con bajos niveles de renta que lo seguirá esperando todo de un Estado con capacidades limitadas. Y así tendremos, con euro o sin euro, lo que siempre hemos tenido: una nación fragmentada.

viernes, 20 de julio de 2012

Caída Libre

Este viernes 20 de julio es un dia en caída libre. Todo son malas noticias: la prima de riesgo está por encima de los 600 puntos básicos, la Bolsa cae más del 5%, el déficit público se dispara nuevamente para pagar los intereses de la deuda, la calle se llena de protestas que irán radicalizándose y nuestro ministro dice que no tiene dienro para pagar los sueldos para que los mercados financieros se enteren de la situación que tenemos. Y seguimos sin saber a dónde vamos. Al menos ya estamos intervenidos, lo cual significa que hay un conjunto de países que están dispuestos a luchar por un euro con nosotros. Y ahora empiezan a pedir ser rescatadas las autonomías y después empezarán los ayuntamientos. Nuestros socios europeos tiene que estar perplejos. Somos un agujero sin fondo. Y ya hacer pronósticos es ciencia ficción, vamos sin mapa. Nosotros y los países de la UM, que cada vez estarán menos dispuestos a ayudarnos. Estamos en una situación límite y mi punto de esperanza aparece cuando me encuentro en el Ave a mis exalumnos trabajando para multinacionales y me dicen: "nosotros vamos bien", "salimos de esta, tenemos buenas empresas". Es fascinante esto del precipicio, cada uno lo ve de una manera, pero ante tanta parálisis está surgiendo una economía española diferente, global, al margen del Estado, que no espera ninguna definición del modelo de crecimiento, ni de la regulación, ni de los privilegios. Simplemente compite y se busca la vida. Lástima que sea insuficiente. Vamos a terminar con un país dual, como siempre ha ocurrido en los momentos de crisis en la economía española. Una parte global y competitiva y otra que se refugia en las actividades no comercializables. El Gobierno no ha sido capaz de generar un proyecto común. Ya se trata de evitar el default.

lunes, 16 de julio de 2012

El Estado del bienestar, la gestión del bienestar y el modelo de crecimiento

¿Qué demonios estamos haciendo? No me refiero ya a que el Gobierno haga una rueda de prensa  o anuncie en el Parlamento unas medidas y que el BOE esté lleno de una sorprendente letra pequeña, sino de si existe alguna coherencia en este aluvión de medidas que están paralizando a la economía española y minando su confianza. Porque, estando de acuerdo en que hay cambiar el peso del Estado y el modelo de crecimiento y que hay que disciplinarse ante la exigente emperadora, da la impresión de que estamos confundiendo los objetivos con los intrumentos y el marco de actuación con los agentes. Me explico.
En primer lugar: ¿Realmente nuestro problema es el gasto en las políticas de bienestar que reciben los ciudadanos en forma de sanidad, educación, pensiones, prestaciones por desempleo, etc... o es el gasto en la gestión de los mismos lo que dispara nuestro Presupuesto sin que los ciudadanos vean las contrapartidas a sus impuestos? Y estamos hablando no solo de la posible ineficiencia en la gestión directa que realizan los funcionarios, sino también de la que parece desmedida y cara estructura política para esa gestión indirecta del Estado del bienestar. Con las medidas del Gobierno ¿qué estamos intentando hacer? Tantos cientos y miles de concejales y diputados autonómicos y provinciales, con sus soportes personales en forma de asesores, coches oficiales, etc....¿qué gestionan?
Y en segundo lugar, cuando hablamos de los cambios estructurales y las reformas que nos van a llevar al crecimiento, ¿no estamos siendo demasiados ingenuos, pensando que simplemente cambiando el escenario de actuación, con la reforma laboral, la apertura de horarios, etc., tenemos un tejido productivo autóctono que va a ponerse a invertir y a crear seis millones de empleos? Nuestro problema de fondo ¿no es la falta de empresas y empresarios? Tenemos ¿sólo que arregla el césped del terreno de juego o tenemos que reforzar el equipo porque no tenemos jugadores suficientes? Y, finalmente, ¿las medidas que estamos acometiendo, sobretodo las fiscales, animan a que tengamos más empresas y empresarios y más inversión o quizás están haciendo lo contrario? ¿Por qué no definen de una vez por todas cuál es el modelo de crecimiento en el que creen?

jueves, 12 de julio de 2012

La rendición de España


Después de cuatro años negándonos a aceptar lo evidente, a cambiar nuestra manera de entender las cosas, a reestructurar aquella parte de nuestra economía que supone un lastre para competir como país de la Unión Monetaria  y de cometer un error tras otro, la disciplina europea ha terminado por domarnos y nos hemos rendido por completo. Rescate, tutela, intervención....., ¿qué más da como le llamemos? Para rescatar a España a la griega, nadie tiene fondos suficientes. Se ha optado pues por una actuación diferente, a la medida de países grandes como España o Italia. Te envío fondos para solucionar problemas concretos, como es el caso de Bankia y algunas otras excajas, no me comprometo a refinanciarte, ni a asegurarte, la deuda pública, pero haces excatamente lo que te digo y voy a vigilar cada movimiento mes a mes. En eso es en lo que estamos.
Seguramente los nacionalistas españoles extremos se estarán rasgando las vestiduras y los del otro lado estarán aún buscando responsables y negándose a aceptar la evidencia de que esta manera de vivir, por encima de lo que producimos, y reclamando al Estado todo aquello a lo que creemos, insesatamente, que tenemos derecho, se ha terminado. Pero una gran mayoría de los españoles terminará agradeciendo que nos disciplinen para que seamos un país serio, con unas prestaciones sociales dignas y que podamos pagar, en el que se estime la actividad empresarial y no la especulación y en el que los políticos no puedan endeudar al país a golpe de caprichos, haciendo cosas que no nos sirven para nada y, en muchos casos, disponiendo de lo público como si fuera propio. La pena es que no hayamos sido capaces nosotros mismos de asumir nuestros errores en estos años y de cambiar el rumbo y el destino de España. La tristeza es que llegue tan tarde cuando todos estamos ya sumidos en la incertidumbre y muchos en la desolación. Cuando la tendencia a una nueva recesión es tan brusca que es posible que tengamos hacer nuevos ajustes. Cuando ya no hablamos de cambio de modelo de crecimiento, ni de competitividad, ni de nada estratégico para el país. Ahora necesitamos que nos refinancien lo que debemos, que crean que vamos a devolverlo y que nosotros mismos empecemos a creer en nosotros mismos.
Tardaremos tiempo y aún tendrán que disciplinarnos más, pero igual es el principio de una España europea de verdad.
Y decían que el trío Holland, Monti y Rajoy había vencido a la emperadora -que no emperatriz-  luterana..... ¡¡¡Penitenciagite!!! Han sido demasiados pecados.

martes, 10 de julio de 2012

Una Europa Difusa y Confusa (En http://economy.blogs.ie.edu)(02:Julio:2012)


Cada vez que estamos al borde del precipicio, se reúnen hasta la madrugada avanzada, los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Unón Europea, por aquello de la nocturnidad y alevosía y, tras el cansancio, anuncia el final de todos los problemas y un ramillete de felices soluciones. Respiramos todos un momento y la bolsa se recupera y la prima de riesgo desciende, hasta que leemos en los periódicos las declaraciones confusas de los líderes políticos, en la que todos ganan, unos ven condiciones y exigencias donde otros no las ven y, adicionalmente,  no enteramos del procedimiento difuso para llevar a la práctica los acuerdos.
Mientras tanto Europa ni crece ni genera empleo. En el cuadro se observa como el crecimiento del PIB de la Eurozona (UEM) es inferior al de otras áreas geográficas.
 Los interrogantes sobre los “quiénes”, “cuándo” y “cómo” se amontonan cuando no planteamos los grandes temas sobre los que se han llegado a los acuerdos: la compra de deuda pública de países con excesiva prima de riesgo, la ayuda directa a los bancos en dificultades, la unificación bancaria, la armonización fiscal y la ayuda al crecimiento. Las noticias que se filtran empiezan a dar fechas de entradas en funcionamiento de dichas soluciones, que van desde un mes a final del año en curso, mecanismos de control político interno -es decir que los alemanes lo acepten- que aún pueden dar al traste a varios acuerdos y condiciones y letra pequeña de diversa interpretación. Si en unos días los mercados financieros vuelven a las andadas, no nos debe extrañar.
Pero hemos avanzado, la apuesta por el mantenimiento del euro es clara, pero conseguir salir de la situación actual no será rápido. Nuestro modelo de emisión de señales económicas es confuso y nuestro modelo de toma de decisiones y asunción de responsabilidades es difuso. El eurosistema es un velero en el que todos saben qué hacer con buen tiempo y viento suave y sostenido. En plena tormenta la tripulación empieza a discutir sobre el rumbo, el trimaje de las velas y la posición de los tripulantes y, además, cuando llegan a un acuerdo se van todos a dormir y esperan al día siguiente. Y aún así seguimos sin naufragar……. Y este velero es la cuarta parte del PIB mundial.

sábado, 16 de junio de 2012

La trampa de elefante de las elecciones griegas.


Las elecciones griegas se han convertido en una trampa de elefantes para el resto de países de la Unión Monetaria. Salga lo que salga perdemos. Si ganan los conservadores de la Nueva Democracia, intentarán seguir adelante permaneciendo en el €, con el rescate y con los cambios estructurales, algo imposible en un país cuyo PIB cae el 6,2%, a pesar de tener un déficit público del -7,8 del PIB y, aún con esta recesión, con un déficit exterior del -6,9% del PIB. Para ser competitivos necesitan devaluar, ya han bajado salarios y reducido las importaciones ante la caída de la renta nacional. Si gana Syriza, la coalición de izquierda radical, pretenderán quedarse en la UM del €, renegociándolo todo y sin pagar sus deudas y la emperadora -que no emperatriz- que nos Gobierna, los forzará a salirse del € originado una catarsis financiera de implicaciones desconocidas que dejará a España en la primera línea de fuego. Y si no pueden formar Gobierno porque nadie tenga una mayoría y los pactos de Gobierno sean imposibles, volveremos a tener meses de incertidumbre hasta que se convoquen nuevas elecciones o la emperadora les ponga un Presidente de Gobierno delegado de Alemania como pasa en Italia.....  No aceptar la realidad tiene enormes costes. Con Grecia sólo caben dos soluciones, o salen del € y después de la debacle y el empobrecimiento inicial terminarán saliendo adelante, o la UM les envía anualmente transferencias para que mantengan un nivel de renta que no son capaces de producir ellos. Y como Alemania no está por la tarea porque si lo hacen con Grecia, lo tendrán que hacer con Portugal y con España (sigo pensando que Irlanda es diferente y se ajustarán sin problemas) y después de la unificación de las dos Alemanias aprendieron lo que cuestan estas cosas y que son transferencias para siempre, la conclusión es que la única solución, a la que iremos tarde o temprano, es que Grecia salga del área monetaria del €. Pero no tenemos ni idea de cómo hacerlo o mejor dicho de hacerlo con costes razonables y que no ponga en peligro la propia existencia de la UM. Otra cuestión sería que Alemania aceptara que el BCE comprara toda la deuda de sus socios europeos que fuera necesaria, se emitieran eurobonos y se aprobaran transferencias anuales permanentes a los países no competitivos. Un sueño en estos momentos.
Y ahora vayamos al caso de España. Cuando pensábamos que la ayuda financiera iba a ser suficiente para frenar las dudas sobre nosotros, en lugar de agradecer la ayuda y decir que vamos a cumplir nuestros compromisos a rajatabla, nos ponemos gallitos, decimos que hemos exigido la ayuda y nos vamos al fútbol a celebrarlo. La irritación que hemos originado entre nuestros socios es mayúscula, hasta el punto que la emperadora nos ha tachado de irresponsable, nuestro Almunia nos ha dicho a la cara que cerremos bancos y el BCE mira para otro lado cuando el bono español cae y el tipo de interés se dispara. Y todavía no se ha precisado si la deuda que emitiremos para el rescate financiero es preferente en relación con el resto de la deuda emitida, lo cual ha hecho que las agencias de calificación no bajen de rango hasta la tapadera del cubo de la basura. Con estos tipos tan altos, la refinanciación de la deuda va a ser muy cara y no cumpliremos nuestro compromiso de déficit público y, por tanto, nos caido otro rapapolvo del FMI exigiendo subida del IVA y bajada del sueldo de los funcionarios.
La política de salida de la crisis del Gobierno de Rajoy ha fracasado. Pensaba en que iba a generar confianza y el Consumo interno y la Inversión tirarían de la economía española, así subiría el PIB y la recaudación de impuestos, disminuirían los costes sociales originados por el desempleo, la confianza y los resultados aminoraría la carga financiera de la deuda, al bajar la prima de riesgo país, y el déficit se reduciría rápidamente. Pero ha ocurrido lo contrario, se ha originado más desconfianza y los resultados son los opuestos a los pretendidos como puede verse.  ¿Qué hacer?
Puesto que no podemos monetizar el déficit público, ni podemos seguir refinanciando la deuda de una forma que no origine más deuda, la única salida que ya nos queda es reducir rápidamente el déficit de una manera tan clara que los mercados financieros vean que vamos al fin en serio y rebajen la presión sobre nuestra capacidad para financiar la deuda en circulación. Ya no podemos hablar de competitividad, ni de modelo productivos ni de cambios estructurales ni de cosas importantes a medio plazo. Ahora se trata de alejarnos del fuego griego. Se trata de tener claro que nuestro problema es la deuda pública y que el problema no se arregla endeudándonos más, sino originando un superávit para pagarla. Por tanto, IVA arriba, gasolina e impuestos especiales arriba, nueva reducción en los gastos corrientes de las Administraciones Públicas y un sendero más rápido de ajuste. El ajuste lento nos terminará expulsando. La cuestión es, ¿si la sociedad española lo va a soportar? Necesitamos Pactos de Estado, Acuerdos Nacionales,....., lo que haga falta. Ya la mayoría parlamentaria no sirve para nada si no quieres un país incendiado. Y si seguimos negando la evidencia y esperando que las cosas se calmen entonces sólo nos queda durante muchos meses el tratamiento psiquiátrico: ansiolíticos y antidepresivos.

jueves, 7 de junio de 2012

Mejora el entorno

BUFFFFF¡¡¡¡¡¡¡¡, al fin mejora el entorno. Parece que hemos dado con una solución a la medida de nuestros problemas y algunos indicadores ya muestran que la economía española está haciendo sus ajustes. La opción entre el rescate a la economía española o la ayuda a la banca es fundamental que se haya resuelto por la segunda opción. El problema financiero de España es el fuerte endeudamiento de las empresas, los bancos y las familias, no tanto del Estado. Un rescate a España, hubiera resuelto las necesidades de refinanciación del Estado pero hubiera cerrado los mercados para las empresas y los bancos. Además, nos hubieran exigido más giros de tuercas en pensiones y recortes sociales y la sociedad está ya un poco en el límite de lo que puede aceptar sin montar una catarsis griega. La ayuda a los bancos a través del FROB, exigirá a las entidades que requieran fondos las contrapartidas y tendremos acotado el problema. Además el BCE ha dado a entender que rebajará el tipo de intervención próximamente y, lo que es más importante, ha asegurado liquidez total todo 2013. Esto significa que los bancos no van a tener problemas de liquidez, puesto que debían ya de devolver lo que le habían prestado. Estás dos noticias han mejorado los índices de Bolsa y la prima de riesgo país ha empezado a caer y así nos financiaremos mejor y todo empezará a circular. Pero lo más esperanzador es que nuestra Balanza por Cuenta Corriente ha presentado un déficit del 2,5% del PIB, cuando ha sido casi del 10% al principio de la crisis. A pesar de que la Cuenta de Renta presenta unos volúmenes de intereses muy elevados por la deuda externa, si elimináramos la factura del petróleo ya estaríamos en superávit (alguna vez deberíamos abordar nuestro sistema energético desde esta perspectiva y valorar la dependencia energética). Nuestra competitividad ha mejorado notablemente debido a la caída de los Costes Laborales Unitarios (Costes Salariales menos Productividad) y esta es la mejor noticia que podía esperarse porque detrás de ella vendrá lentamente la recuperación del empelo, que ya en mayo ha presentado algunos datos positivos. Esperemos que los mensajes que enviemos sean claros y únicos, que el Gobierno y la oposición presenten una posición común como está haciendo y que poco a poco la parte seria de este país, que es la mayoría, empiece a dejar ver su esfuerzo y su voluntad de salir de esta situación.   

sábado, 2 de junio de 2012

Malas vibraciones:

Esta es la sensación que hoy nos envuelve. Después de esperar un tiempo prudencial, hoy vemos que el esquema del Gobierno sobre cómo salir de la crisis no ha funcionado. Es evidente, que no ha conseguido, con el cambio de Gobierno y las medidas de los viernes, que la confianza retornara a los agentes económicos para que el Consumo y la Inversión tomaran el relevo del Gasto Público. Además en las últimas semanas parecemos griegos y todas nuestras afirmaciones pasadas sobre el control del déficit público y la solvencia del sistema financiero se han visto que son falsas. Y para colmo hoy tenemos la sensación que estamos aplicando ese dicho de que "cada palo aguante su vela". Del BCE nos mandan una andanada de reproches sobre cómo hemos llevado a cabo la reforma financiera, el Comisario Europeo pone en cuestión casi todas las reformas estructurales de las que el Gobierno estaba tan orgulloso, el Gobernador del Banco de España dice que le gustaría hablar pero que le han pedido que se calle, el expresidente de Bankia lanza más reproches aún cuando debería estar callado e incluso un presidente de uno de los bancos medianos dice que la intervención de Bankia atenta contra la competencia de un sistema financiero que oculta sus agujeros, no da crédito y se ha convertido en el principal problema de la economía española, precisamente por su manera de gestionar el crédito y la politización en la que han vivido. Malas vibraciones, eso es lo que tenemos. Seguramente el Presidente del Gobierno debería enfundarse esa camiseta de la selección española con el número 10, con la que hoy aparece en la prensa,  y empezar a robar balones al adversario y a dar juego a la economía española siguiendo las pautas de la UM, que es quien manda, pero puede que no sepa y también puede que parte de todos nosotros ya no queramos jugar. Dicen que un nuevo Gobierno tiene entre seis y nueve meses para cambiar las cosas. En nuestro caso ese tiempo ha terminado. La política de que cada Ministro tome sus decisiones y el Presidente se mantenga en la retaguardia ha fracasado. Ya no hablamos de cambio de modelo productivo, ni de mejorar la competitividad, ni de diseñar un modelo de país....., hablamos de defendernos, de echar balones fuera y tomar aire, de ir cada uno por su lado.  En democracia hay dos maneras de gobernar: con una mayoría suficiente y un liderazgo que genere confianza y anime a todos a caminar en una dirección o con un consenso permanente que evite el conflicto social a costa de mantener las relaciones de poder.  La esperanza de cambiar se está disipando. Queda pues la salida caótica, individualizada, ajena al juego en equipo, incierta.

viernes, 30 de marzo de 2012

No tenemos arreglo


Se amontonan los acontecimientos. Las elecciones andaluzas y la jornada de huelga y los comentarios y versiones que la han envuelto, dejan bien a las claras que hay una buena parte de los españoles que no está por la tarea. No quieren afrontar convivir en una economía global en la que hay que cambiar y competir sin tregua. No quieren estar en una Unión Monetaria que exige pagar las cuentas y vivir con lo que se genera. Prefieren un puesto de trabajo seguro con un horario regular a cambio de un salario y unas expectativas modesto. Les gusta además la independencia como país, no tener que rendir cuentas a nadie. No quieren ser empresarios bajo ningún concepto. Creen aún que la lucha de clases no ha terminado. Saben, no obstante, que este planteamiento es inviable en la situación de nuestro país. Quieren ser Alemania sin esfuerzo y te echan a la cara que no quieren ser China.... y no ven que incluso los chinos trabajan más.... Han sido unos días desoladores. Por otro lado, el Gobierno, sigue con los ajustes y lo que llama política reformistas, pero siguen de decirnos qué modelo productivo tienen en la cabeza para que pongamos todo nuestro esfuerzo en esa dirección. y ya empezamos a preguntarnos si, de verdad, ¿tienen un modelo? Nos gobiernan pensando  que simplemente limpiando el comedor y ordenando las sillas alrededor de la mesa, los platos se van a llenar de comida por arte de magia. No han entendido aún que sin devaluaciones no hay magia. Y, mientras, Italia nos ha dejado en la primera línea de ataque de los mercados financieros y todos se vengan de la osadía española en los años de la fiesta del ladrillo. La impresión hoy es que no tenemos arreglo y menos aquí al sur. Terminaremos 2012, con una nueva recesión de varios trimestres y mucho más paro y esperemos que, tras la huelga, no entremos en un proceso de balcanización mediática que reduzca el turismo, después de varias fotos en la prensa internacional de España ardiendo. Supongo que después de un 2012, los que siguen en la tarea de competir y mantener la visión global estarán más reforzados y el resto estará más indignado. Tendremos una España aún más dual, más diferenciada, más conflictiva, que generará un empleo muy selectivo y formado y con unos impuestos altos para mantener el bienestar del resto que pensará que así no tienen futuro. Tenemos que cambiar, tenemos que seguir animando a los demás a cambiar, a hacer las cosas bien, a cumplir con nuestras obligaciones, a buscar nuevos caminos, a centrarnos en la creación de valor, en las soluciones tecnológicas, en el espacio global. Afortunadamente: "la tierra es plana". Buscando fuera la solución a nuestros problemas sacaremos a España de dónde está. Ánimo campeones.  

martes, 13 de marzo de 2012

La añoranza del orden

Suenan las trompetas del apocalipsis. Con las primeras medidas del Gobierno y las expectativas sobre el resultado electoral en Andalucía, el fin del mundo se aproxima. "La ideología del neocapitalismo pretende desmontar el estado del bienestar, revertir la descentralización autonómica, iniciar una nueva transición, acabar con el proceso democrático, romper el pacto del sistema político actual y el escenario de paz social en el que vivimos, restaurar las desigualdades sociales", etc....  Generar miedo. Parece que nuestros políticos, cuando están en la la oposición, tienen la estrategia de que cuanto peor vaya el país mejor les irá a ellos. Lo último es denunciar esa delgada línea roja de las acciones del Gobierno, que pretende dar de lado a los agentes sociales y a cualquier intermediario social. Creo que quienes tocan estas trompetas apocalípticas, tienen una añoranza de un mundo pasado que no va a volver y de un orden, que si nos empeñamos en mantener, nos deja sin capacidad de reacción ante los cambios, sin descanso, de esta economía global en la que vivimos. Necesitamos acostumbrarnos a un mundo mucho más dinámico, en cambio permanente, en el que tenemos que adaptarnos de forma permanente y a gran velocidad. Podremos mantener valores comunes y una mínima política social irrenunciable, que vele por la igualdad de oportunidades y la atención a los más desfavorecidos, pero tenemos que aceptar una sociedad algo más desorganizada, más individualista, más ágil y flexible. La añoranza de un orden y una sociedad estática no encaja con nuestro tiempo y nos condena a la pérdida de bienestar y, además, el orden anterior nos ha llevado a la situación actual. 

domingo, 26 de febrero de 2012

Dialécticas

La Reforma Laboral sigue dando coletazos y podemos aventurar algunas conclusiones. La primera es que era necesario hacer una reforma y, esta, es de calado. Sin embargo, al margen de dejar sin tratar, al menos hasta el momento, los contratos temporales, esta Reforma va a provocar más paro a corto plazo. Debía fomentar ahora el empleo y abaratar el despido en el futuro -cuando se esté creando empleo-, pero la sensación es que va a provocar lo contrario: despido a corto plazo con 20 días de indemnización, puesto que todas las empresas llevan tres trimestres con caídas en sus ventas, y a medio plazo se creará empleo cuando las expectativas cambien. Además, ha puesto sobre la mesa la vieja dialéctica de empresarios y trabajadores, como dos agentes económicos enfrentados y ha concluido que han ganado los empresarios. Afrontar los tiempos actuales con esta vieja dialéctica de finales del XIX, no parece lo más adecuado. Más vale comprender que, en la actualidad, la creación de valor y la mejora de la productividad se consiguen con los trabajadores y los empresarios actuando en la misma dirección y no enfrentados. Y, de otra parte, un trabajador puede pasar a ser empresario y un empresario pasar a ser trabajadores sin que tenga que arrepentirse de traicionar a una clase por pasar a otra. Si me apuran, en los tiempos actuales, ni siquiera la dialéctica de ser de derechas o de izquierda, o ser conservador o progresista dicen ya nada. ¿No es conservador mantener esta dialéctica empresarios-trabajadores del siglo XIX, aunque te denomines progresistas? Hoy en día sólo existen dos dialécticas útiles: eres de delante o de detrás y estás integrado en el sistema o te sientes excluido por él. La primera dialéctica te obliga a enfrentarte al papel de las tecnologías en la sociedad actual, la segunda te cuestiona la propia sociedad en la que vives. 

sábado, 11 de febrero de 2012

La reforma laboral:


Al fin salió la reforma laboral. (He dejado en la página de "Informes" de mi web -www.jmokean.com-, tanto la presentación difundida por el Ministerio de Empleo como el Real Decreto-ley, que puesto que modifica el Estatuto de los Trabajadores es un poco enrevesado de leer, supongo que en breve harán un texto refundido y al tramitarlo como Decreto-ley, imagino que los catalanes y los vascos aún modificarán algo). Las primeras noticias que aparecieron eran un poco inquietantes, al igual que la pugna que parecía existir entre varios Ministros al respecto. Después empezaron a aparecer las noticias. Tras analizarlo con cierta rapidez, he de decir que ningún medio de comunicación recoge la cantidad de aspectos que regula esta reforma. Es un cambio profundo en el marco laboral que ya necesitábamos. Los aspectos más relevantes se conocen, el despido improcedente pasa de los 45 a los 33 días (aunque este contrato ya existía) y abre la posibilidad de despedir con 20 de indemnización si se produce una caída en las ventas de las empresas en tres trimestres. Esto ayudará a ajustar las plantillas con más rapidez en el futuro ante nuevas crisis. Quizás lo más relevante de la reforma son los incentivos que da al empleo juvenil, de mayores de 50 años, de mujeres e indefinido en forma de subvenciones y de aminoración de las cargas sociales. También suelta lastres en la duración de los convenios sin acuerdo que estaban originando cierta espiral inflacionista, intenta generar un marco diferente para evitar el absentismo e incluso reduce sustancialmente las indemnizaciones blindadas de los banqueros de entidades que hayan recibido fondos públicos y de directivos de empresas públicas.
Pero todo esto, en mi opinión, y aunque es mucho, no es el objetivo principal que debemos perseguir con la reforma laboral. Para cambiar nuestro modelo económico tenemos que mejorar la competitividad y especialmente la productividad. Para ello necesitamos mejorar el nivel tecnológico de nuestras empresas y la formación de nuestros trabajadores y esto requiere un marco estable de relaciones laborales. Los contratos temporales siguen vigentes con un indemnización de 12 días por año. Es verdad que esta reforma permite el encadenamiento de estos contratos hasta un máximo de 24 meses, pero al final va a interesar más a los empresarios este contrato que no optar por las nuevas tipologías contractuales. Y más aún cuando los incentivos económicos actuales sean derogados. Tenemos que cerrar esta puerta que hemos dejado abierta o no vamos a generar el marco adecuado para salir de la situación en la que estamos.

domingo, 22 de enero de 2012

Las dudas sobre la política estructural


Es verdad que tan sólo han pasado unas semanas desde el cambio de Gobierno, pero la realidad es que empezamos a impacientarnos y surgen dudas sobre si finalmente vamos a acometer las políticas que necesitamos para encarar el futuro. Si queremos ser competitivos y salir de la situación actual, debemos abordar cuatro reformas y de diferente importancia. Es como una columna de cuatro piedras que unas soportan a las otras. La piedra de la base es la más importante. Es la reforma del modelo productivo español. La política de mejora de la productividad, de creación de empresas, de reducción del gap tecnológico, de formación de los trabajadores, etc. Es la más importante y también incluye el abaratamiento de costes como los energéticos, los financieros, de telecomunicaciones y los de transacción. La siguiente reforma en orden de importancia es la laboral. Con ella debemos de acabar con el uso de los contratos temporales, porque impiden la acumulación del capital humano de los trabajadores y reducen la productividad; tenemos que abaratar el despido para fomentar el empleo, puesto que el entorno actual requiere mucha flexibilidad y se comenten errores estratégicos ante los que hay que reaccionar; y debemos de modificar el proceso de negociación colectiva para evitar que los salarios y la inflación se indexen y nos hagan perder competitividad sistemáticamente. Relacionar los salarios con la productividad es una línea posible de cambio y un contrato único con despido progresivo es otra buena idea. La tercera reforma que debemos abordar es la financiera. Con ella, tenemos que intentar que el crédito fluya a las empresas y la familias para que la demanda se anime y la economía se ponga en marcha. Finalmente, la última piedra de la columna es el ajuste fiscal, para que las cuentas públicas de todas las administraciones se equilibren y dejemos recursos para la creación de empleo por el sector privado de la economía.
Si analizamos lo que hasta el momento está haciendo el Gobierno, más que una columna, está tallando una pirámide invertida. Ha atacado con bastante contundencia el ajuste fiscal, parece que la reforma financiera va a ir encaminada más a un mayor saneamiento de las entidades bancarias que a impulsar el crédito, la reforma laboral no tenemos claro por dónde va a ir, una vez que sindicatos y empresarios no han sido capaces de llegar a un acuerdo, y, finalmente, en la parte más baja de la columna, la política productiva no pasa de ser tibios brochazos sin una visión clara, al margen de la gran preocupación por el embrollo energético que tenemos. Esperemos que todo sea cuestión de tiempo y que en breve, tres semanas es el plazo marcado por el Gobierno para actuar, veamos acciones claras y contundentes. De momento el tiempo transcurre y las previsiones de la economía mundial no son nada halagüeñas. El estancamiento externo no va a ayudar a las exportaciones. Todo lo hemos confiado al consumo y la inversión interna, una vez que el sector público se ajusta en retirada. Todo se ha basado en la confianza y la confianza requiere una columna bien tallada no una inestable pirámide invertida. (22:ene:2012)