lunes, 31 de diciembre de 2012

Fin de Año


Cerramos el año con una aguda sensación de desconcierto y mucha desconfianza. Mucho esfuerzo, muchos recortes, mucha indignación y pocas esperanzas. Algunos indicadores positivos, que han ido apareciendo las últimas semanas, no ocultan la situación de recesión que vivimos y que se manifiesta en la caída del consumo interno y la inversión. Un balance del año 2012, nos lleva a destacar tres cuestiones que ha abordado el Gobierno con más o menos éxito: un relativo control del déficit público, con algunos flecos pendientes en las cuentas autonómicas; un ordenamiento del sistema financiero, rescate incluido, y una reforma laboral que ha fomentado más el despido que la creación de empleo y no parece que haya resuelto el problema del excesivo uso de los contratos temporales, que tanta culpa tienen en la escasa productividad de la economía española y en la baja acumulación de capital humano de sus trabajadores.  Para las expectativas que había levantado el Gobierno de Rajoy es un balance un tanto decepcionante; y esto sin sumar los recortes de gasto público realizados y las promesas electorales  incumplidas.
De una sociedad expectante, hemos pasado a una sociedad escéptica con un cierto toque de tristeza. El Gobierno debe reaccionar a principios de años poniendo sobre la mesa un plan estratégico a medio plazo que marque las líneas de actuación para el impulso de la economía real. Pensar que simplemente arreglando el terreno de juego, el equipo se va a poner a jugar y ganar el partido,  no es realista en estos momentos. Nuestra economía necesita un cambio de rumbo claro del tejido productivo. Seguimos haciendo reformas parciales sin tener una visión sobre el país. Y, así, la salida de la crisis va a ser muy lenta y muy desordenada y en lugar de caminar todos juntos cada uno va a buscar su propio camino, independencia incluida.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Pequeños premios a muchos esfuerzos.


La economía española después de cuatro años perdidos y nueve meses de algunas reformas empieza a mostrar que tantos esfuerzos y sacrificios, principalmente en desempleados, van dando sus frutos. Van algunos indicadores:
- El indicador sintético de actividad, un indicador de los denominados adelantados, lleva mostrando dos trimestres positivos, según este indicador, este trimestre y el próximo deberían cerrar con mejoras leves en el PIB trimestral.
- La Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos ha reducido notablemente su déficit. Los ingresos por turismo ya compensan la balanza comercial y todo ello sin devaluaciones, como siempre hacíamos en el pasado. Indudablemente las importaciones han caído por la recesión interna, pero las exportaciones han mejorado mucho en un entorno externo de nuestra área comercial recesivo. Hemos mejorado nuestra competitividad de la manera más difícil, con mejoras de productividad y reducción de costes. Y todo ello a pesar de que la inflación ha seguido siendo alta.
- El déficit público se está también ajustando y aunque puede que no cumplamos con el 6,3% fijado, estará unas décimas por encima y daremos la sensación de controlar la economía y de que empezamos a dejar fondos prestables para que financien la inversión y el consumo de bienes duraderos. Si los datos siguen así la prima de riesgo irá moderándose y puede que no pidamos el rescate.
- Los capitales externos han vuelto a entrar en el país después de muchos meses de salida permanente y lo han hecho en un volumen muy importante: 31.000 millones de €.
- Estamos empezando a observar la relocalización de proyectos industriales en nuestro país, como ha sido el caso de Renault y Ford en el sector del automóvil. Somos productivos y eficientes, a unos costes razonables y con un mercado laboral más flexible y comprensivo.
- Las empresas del IBEX 35 anunciaron un incremento de sus ventas del 6,6% en el pasado trimestre. Seguramente fruto del tirón del sector exterior.
- Después de varios meses, el índice de producción industrial ha experimentado una subida del 0,6 % mensual.
Son débiles indicios, frente a los 5 millones de desempleados del paro registrado, pero creo que muestra el pulso de la economía española o de una parte de ella. Sin crédito, sin un diseño de un modelo de crecimiento claro, sin pacto de rentas, simplemente con una reforma laboral con más sombras que luces y con un ajuste fiscal muy fuerte, la economía española va mostrando de lo que es capaz.
Este lunes di una conferencia en el foro de emprendedores de Andalucía ante cerca de 3.000 jóvenes con unas ganas enormes de crear empresas y salir de la situación actual. ¿Qué sería de nosotros si hubiéramos estado mejor gobernados? Y, mientras, los casos de corrupción siguen saliendo y hasta tenemos al ex-represente de nuestros empresarios procesado. Tenemos futuro, basta con que dejen jugar el partido a tanta gente que quiere afrontar el reto de la economía real y generen el entorno empresarial que necesitan.