Cuando estamos hablando de la prima de riesgo, como es sabido, nos estamos refiriendo a la diferencia entre el tipo de interés a 10 años de un bono español respecto a un bono alemán del mismo vencimiento. En la actualidad, España podría emitir bonos con vencimiento a 10 años al 5,584%, mientras que Alemania lo hace al 1,545%. (Esta diferencia de unos cuatro puntos de interés, multiplicada por 100, nos da los algo más de 400 puntos básicos de la actual prima de riesgo.)
A la vista de estos datos, la primera pregunta que debemos hacernos es si, al margen de todos los improperios que queramos hacer sobre las agencias de calificación, es razonable que un ahorrador, por prestarle sus ahorros al Estado español a 10 años, le pida un 5,5% de interés anual, máxime dadas las condiciones de la economía española, en relación con la alemana, de déficit descontrolado, deuda creciente, paro masivo, larga recesión y diferencial de inflación respecto a los países con los que compite, principalmente Francia y Alemania.
La segunda cuestión, tiene que ver con la tasa de inflación de cada país y los tipos de intereses reales. En efecto en economía solemos distinguir entre el tipo de interés real y el nominal y, por lo general, le prestamos más atención al tipo de interés real que al nominal. Como es sabido el tipo de interés real es el tipo nominal menos la tasa de inflación. Calcular la tasa de inflación a 10 años es casi imposible puesto que estamos hablando del largo plazo y a largo plazo casi todo es posible en economía. Pero si suponemos que la inflación actual, que es el 3,4%, va a mantener, el bono español está pagando una rentabilidad real de (5.584-3,4) un 2,184%. ¿Es demasiado por un préstamo a 10 años a un país como España en la situación actual?
Es cierto que el tipo de interés a corto lo fija el Banco Central, en nuestro caso es el 0,75%, y sobre él los bancos se prestan entre ellos determinando el tipo de interés del interbancario, que en la actualidad es del 0,631, anticipando el mercado una rebaja del tipo de intervención; pero el tipo de interés a largo plazo se determina en el denominado mercado de fondos prestables y en este, considerando la economía global, el tipo de interés real a largo plazo se determina cuando el ahorro global es igual a la inversión global más las necesidades de financiación de los Estados.
Quizás deberíamos empezar a acostumbrarnos al nuevo equilibrio global. Un equilibrio en el que el ahorro es escaso y las necesidades de financiación son considerable y es normal que el tipo de interés sea algo elevado. Sin duda una intervención del BCE puede alterar a corto plazo este equilibrio a largo plazo, pero la intervención no puede ser eterna sin que tarde o temprano los precios salten y como esto lo sabemos, la intervención no va a ser permanente.
Quizás la prima de riesgo esté ajustada y reflejando un nuevo equilibrio. Van a ser tiempos diferentes a los que hemos vivido en los años de la burbuja dorada y debemos empezar a aprender a convivir en el nuevo entorno global.