Las elecciones griegas se han convertido en
una trampa de elefantes para el resto de países de la Unión Monetaria. Salga lo
que salga perdemos. Si ganan los conservadores de la Nueva Democracia,
intentarán seguir adelante permaneciendo en el €, con el rescate y con los
cambios estructurales, algo imposible en un país cuyo PIB cae el 6,2%, a pesar
de tener un déficit público del -7,8 del PIB y, aún con esta recesión, con un
déficit exterior del -6,9% del PIB. Para ser competitivos necesitan devaluar, ya
han bajado salarios y reducido las importaciones ante la caída de la renta
nacional. Si gana Syriza, la coalición de izquierda radical, pretenderán
quedarse en la UM del €, renegociándolo todo y sin pagar sus deudas y la
emperadora -que no emperatriz- que nos Gobierna, los forzará a salirse del €
originado una catarsis financiera de implicaciones desconocidas que dejará a
España en la primera línea de fuego. Y si no pueden formar Gobierno porque nadie
tenga una mayoría y los pactos de Gobierno sean imposibles, volveremos a tener
meses de incertidumbre hasta que se convoquen nuevas elecciones o la emperadora
les ponga un Presidente de Gobierno delegado de Alemania como pasa en
Italia..... No aceptar la realidad tiene enormes costes. Con Grecia sólo
caben dos soluciones, o salen del € y después de la debacle y el empobrecimiento
inicial terminarán saliendo adelante, o la UM les envía anualmente
transferencias para que mantengan un nivel de renta que no son capaces de
producir ellos. Y como Alemania no está por la tarea porque si lo hacen con
Grecia, lo tendrán que hacer con Portugal y con España (sigo pensando que
Irlanda es diferente y se ajustarán sin problemas) y después de la unificación
de las dos Alemanias aprendieron lo que cuestan estas cosas y que son
transferencias para siempre, la conclusión es que la única solución, a la que
iremos tarde o temprano, es que Grecia salga del área monetaria del €. Pero no
tenemos ni idea de cómo hacerlo o mejor dicho de hacerlo con costes razonables y
que no ponga en peligro la propia existencia de la UM. Otra cuestión sería que
Alemania aceptara que el BCE comprara toda la deuda de sus socios europeos que
fuera necesaria, se emitieran eurobonos y se aprobaran transferencias anuales
permanentes a los países no competitivos. Un sueño en estos momentos.
Y ahora vayamos al caso
de España. Cuando pensábamos que la ayuda financiera iba a ser suficiente para
frenar las dudas sobre nosotros, en lugar de agradecer la ayuda y decir que
vamos a cumplir nuestros compromisos a rajatabla, nos ponemos gallitos, decimos
que hemos exigido la ayuda y nos vamos al fútbol a celebrarlo. La irritación que
hemos originado entre nuestros socios es mayúscula, hasta el punto que la
emperadora nos ha tachado de irresponsable, nuestro Almunia nos ha dicho a la
cara que cerremos bancos y el BCE mira para otro lado cuando el bono español cae
y el tipo de interés se dispara. Y todavía no se ha precisado si la deuda que
emitiremos para el rescate financiero es preferente en relación con el resto de
la deuda emitida, lo cual ha hecho que las agencias de calificación no bajen de
rango hasta la tapadera del cubo de la basura. Con estos tipos tan altos, la
refinanciación de la deuda va a ser muy cara y no cumpliremos nuestro compromiso
de déficit público y, por tanto, nos caido otro rapapolvo del FMI exigiendo
subida del IVA y bajada del sueldo de los funcionarios.
La política de salida de
la crisis del Gobierno de Rajoy ha fracasado. Pensaba en que iba a generar
confianza y el Consumo interno y la Inversión tirarían de la economía española,
así subiría el PIB y la recaudación de impuestos, disminuirían los costes
sociales originados por el desempleo, la confianza y los resultados aminoraría
la carga financiera de la deuda, al bajar la prima de riesgo país, y el déficit
se reduciría rápidamente. Pero ha ocurrido lo contrario, se ha originado más
desconfianza y los resultados son los opuestos a los pretendidos como puede
verse. ¿Qué hacer?
Puesto que no podemos
monetizar el déficit público, ni podemos seguir refinanciando la deuda de una
forma que no origine más deuda, la única salida que ya nos queda es reducir
rápidamente el déficit de una manera tan clara que los mercados financieros vean
que vamos al fin en serio y rebajen la presión sobre nuestra capacidad para
financiar la deuda en circulación. Ya no podemos hablar de competitividad, ni de
modelo productivos ni de cambios estructurales ni de cosas importantes a medio
plazo. Ahora se trata de alejarnos del fuego griego. Se trata de tener claro que
nuestro problema es la deuda pública y que el problema no se arregla
endeudándonos más, sino originando un superávit para pagarla. Por tanto, IVA
arriba, gasolina e impuestos especiales arriba, nueva reducción en los gastos
corrientes de las Administraciones Públicas y un sendero más rápido de ajuste.
El ajuste lento nos terminará expulsando. La cuestión es, ¿si la sociedad
española lo va a soportar? Necesitamos Pactos de Estado, Acuerdos
Nacionales,....., lo que haga falta. Ya la mayoría parlamentaria no sirve para
nada si no quieres un país incendiado. Y si seguimos negando la evidencia y
esperando que las cosas se calmen entonces sólo nos queda durante muchos meses
el tratamiento psiquiátrico: ansiolíticos y antidepresivos.